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Analistas 20/11/2019

Con un pie en el acelerador

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

En un entorno de continua incertidumbre geopolítica y marcada desaceleración global, las cifras de actividad económica del tercer trimestre, publicadas la semana pasada, muestran a Colombia en la cúspide del crecimiento regional. Mientras que América Latina cerraría en recesión este año, según proyecciones del FMI, nuestro país saca la cara y reporta un crecimiento real de 3,1% en lo corrido del año. Estos datos dan cuenta de la resiliencia de nuestra economía, que sigue avanzando en su senda de recuperación y superaría al 3,0% de crecimiento mundial esperado para este año.

En el desglose, sectores relacionados con los servicios se han venido expandiendo con solidez durante 2019 y continúan siendo los principales dinamizadores del PIB. En particular, las actividades financieras, comercio, y administración pública y defensa presentan los mayores crecimientos, con tasas de 6,1%, 4,9% y 3,8% respectivamente. En contraste, la construcción continúa restando tracción, contrayéndose en lo corrido del año (-1,9%).

Las perspectivas, no obstante, son positivas en este último sector. Se espera que la aceleración de las obras civiles, principalmente a través de los proyectos 4G, y la ejecución de un mayor número de proyectos de inversión que permitiría la reforma al Sistema General de Regalías, puedan impulsar el crecimiento esperado de los segmentos de infraestructura y vivienda. Esto, no solo aliviaría las cuentas del sector, sino contribuiría a mitigar las inquietantes presiones en el desempleo, que en septiembre alcanzó 10,2%, duplicando el promedio de la Ocde, con una tasa de informalidad urbana que bordea 46%.

Desde la perspectiva del gasto, los componentes de inversión y consumo privado continúan impulsando la actividad económica, con un ritmo de crecimiento real en lo corrido del año de 4,8% y 4,7%, respectivamente. Esta dinámica se refleja a su vez en (i) el sólido desempeño de las ventas minoristas, expandiéndose 6,6% real durante 2019, y (ii) el buen desempeño del índice de confianza industrial, que se ha mantenido al alza y en terreno positivo.

En materia de consumo privado, las expectativas anticipan un buen comportamiento en los próximos meses. Pese a que el índice de confianza del consumidor aún se sitúa en terreno negativo, hay señales de un aumento en la valoración de los colombianos sobre la situación de sus hogares y su disposición a comprar bienes durables. Todo ello permite también mantener perspectivas favorables para la cartera de consumo, cuyos desembolsos en lo corrido del año registran un crecimiento cercano a 15% anual.

Este buen comportamiento de la demanda interna contrasta, sin embargo, con el deterioro en las cuentas externas. Nuestro déficit en cuenta corriente, que estaría cerrando en 4,2% del PIB en 2019 (3,9% del PIB en 2018) continúa configurándose como uno de nuestros principales lunares en materia de vulnerabilidad externa, un escenario desde luego inquietante en un entorno de incertidumbre en materia de liquidez y flujos de inversión hacia países emergentes.

En síntesis, a pesar de los grandes desafíos de la agenda económica local, muchos asociados a las cuentas externas, la sostenibilidad fiscal y pensional, los resultados agregados se destacan frente al panorama global y regional. Este escenario debe invitarnos quizás a la reflexión de que, a pesar de estos desafíos, existen hoy, sin duda, ¡más razones para valorar los logros que para marchar!

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