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Analistas 27/03/2019

Actitud precavida

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

La semana pasada se conocieron dos medidas que tienen gran influencia sobre el desempeño económico de Colombia. La primera estuvo a cargo de la Fed, que mantuvo inalteradas las tasas de interés y, la segunda, en el mismo sentido, pero a nivel local, a cargo del Banco de la República (BR), quien también decidió mantener las tasas en los niveles actuales de 4,25%.

Aunque las decisiones fueron similares, las motivaciones fueron totalmente distintas. En el caso de la Fed, a pesar de que el mercado venía descontando que en este mes las tasas no se alterarían, sí resultó ser una gran sorpresa el anuncio de no modificar la tasa en lo que resta de 2019.

El grueso de los analistas, de hecho, preveía que durante este año la Fed iba a realizar dos aumentos de tasas, muy en línea con lo anunciado a finales del año pasado. Sin embargo, el desempeño de la economía norteamericana venía sembrando dudas sobre si los fundamentales macroeconómicos iban a soportar la normalización monetaria. Y, efectivamente, las señales de baja inflación, que cerraría 2019 por debajo del nivel meta de la Fed (2%), la poca tracción de la actividad productiva durante la primera parte de este año, la desaceleración del gasto de los hogares y de la inversión en las empresas estadounidenses, terminaron derivando en una actitud precavida por parte de la Fed, quien decidió por esta vía otorgarle un compás de espera a la dinámica productiva y de precios en el mediano plazo.

Los mercados internacionales, en consecuencia, resultaron bastante alterados. Las principales bolsas del mundo cerraron con números negativos ante los indicios cada vez más palpables de una desaceleración marcada en la economía norteamericana y, por consiguiente, en el PIB global. No obstante, la actitud dovish de la Fed da un respiro a los mercados de capitales en las economías emergentes, no solo porque las tasas no subirán durante 2019, sino porque también se anunció que, a partir de mayo, se desacelerará la reducción de la hoja de balance, que tendrá su fin en septiembre.

Las noticias para Colombia, desde este frente, parecerían tranquilizadoras, pues el apetito por activos emergentes puede aumentar en la medida que las tasas de interés locales continúen siendo atractivas. Las primeras señales ya se vieron la semana pasada cuando el dólar cerró por debajo de los $3.100, los TES registraron una notoria valorización y el Colcap superó los 1.630 puntos, el nivel más alto desde 2014.

Empero, los riesgos sobre la desaceleración global y las dificultades sobre el comercio internacional, influidas entre otras razones por el camino que siga el Brexit y la conflictiva relación EE.UU.-China, continúan generando incertidumbre sobre los activos de emergentes. El viernes pasado, por ejemplo, varios de los mercados financieros en muchas latitudes mostraron alta volatilidad y trataron de revertir tendencia.

El llamado, en esta ocasión, es al continuo monitoreo de los riesgos globales por parte de las autoridades económicas locales, especialmente por parte del BR. Si bien la decisión de mantener la tasa de interés inalterada en Colombia, y con ello unas condiciones monetarias aún en terreno expansivo, obedeció a factores asociados a ciertos riesgos en materia de precios y a la existencia de excesos de capacidad productiva instalada, la incertidumbre externa juega un papel importante. Por ello, la coyuntura sin duda continuará exigiendo una política monetaria milimétricamente cuidadosa que permita anticipar volatilidades y choques externos.

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