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Según el documento, Diagnóstico Institucional y Presupuestal del Sector Agropecuario, preparado para La Misión Rural, el presupuesto del sector agropecuario mostró un aumento entre 1990 y 1996, una fuerte contracción en los años siguientes que alcanzó su punto más bajo entre 2000 y 2005, y una recuperación, especialmente en años recientes. Es importante resaltar que el presupuesto de inversión del sector agropecuario logró recuperar una participación de 6% en los recursos destinados para inversión en el Presupuesto General de la Nación. Dicha participación corresponde, de cerca, a la que el sector agropecuario tiene, hoy en día, en el Producto Interno Bruto de la nación. Esto significa que una de las mayores de las distorsiones que se venían presentando en la asignación presupuestal en Colombia, que era la de discriminar en contra del sector agropecuario, se ha podido corregir particularmente en los dos últimos años. Lo importante hacia el futuro es que dicha participación se mantenga, para lo cual debe consignarse un compromiso en el nuevo Plan de Desarrollo.
La revisión adelantada sobre las prioridades dadas a la asignación de recursos de inversión para el agro ha variado de gobierno a gobierno. Durante Gaviria el Plan “La Revolución Pacífica”, priorizó la adecuación de tierras (riego y drenaje), seguido de investigación, ciencia, y transferencia de tecnología. Durante Samper, el “El Salto Social” tuvo como objetivo “Promover la modernización de la sociedad rural y de la actividad agropecuaria y pesquera, en un marco de internacionalización de la economía”. En el Gobierno de Andrés Pastrana, el Plan “Cambio para Construir la Paz” establecía que “se buscará la generación de nuevos proyectos y modelos en cadenas integradas de gran impacto regional, que fomenten la inversión y permitan la reconversión y modernización de la producción agropecuaria, elevando de manera significativa la competitividad, el volumen de la producción y las exportaciones con impactos positivos sobre la generación de empleo y riqueza en el contexto rural”. En el primer gobierno de Uribe, el programa “Hacia un Estado Comunitario”, orientó la política agropecuaria hacia la focalización regional de las inversiones en función de la reducción de la desigualdad, el ordenamiento territorial y el aprovechamiento del capital estratégico del campo”. Para el segundo periodo presidencial, el Plan Nacional de Desarrollo “Estado Comunitario: Desarrollo para Todos”, la asignación de recursos estuvo orientada a programas como Agro Ingreso Seguro.
En el periodo 2010 - 2013, correspondiente al gobierno del Presidente Santos, el Plan Nacional de Desarrollo: “Prosperidad para Todos”, planteó que la política agropecuaria y rural se orientaría a incrementar la competitividad; promover los encadenamientos productivos; ampliar y diversificar los mercados; promover esquemas de gestión del riesgo; mejorar la capacidad para generar ingresos por parte de la población rural; promover la equidad en el desarrollo regional rural, y adecuar la institucionalidad para el desarrollo rural y la competitividad. Pero, la realidad es que en los últimos años la mayor parte de esos recursos se dirigieron a apoyos directos y subsidios a los agricultores como es el PIC del sector cafetero. En la Administración Santos II, la atención se deberá enfocar en cumplir con el punto 1 de la agenda de la paz, cuyo énfasis está en la dotación de un Fondo de Tierras, y proveer bienes públicos dentro de la estrategia de Desarrollo Rural Integral. Este deberá ser el énfasis en lo relativo al Desarrollo Rural en el nuevo Plan de Desarrollo. Veremos si el DNP le logra “torcer el pescuezo” al Ministerio de Agricultura para marchitar los subsidios directos y reorientar los recursos hacia la provisión de bienes públicos rurales.