De lo binario a lo diverso

Los que nacimos el siglo XX, en una economía cepalista y en el frente nacional fuimos criados en unas condiciones binarias donde la vida se daba en una “normalidad” desde la negación y la exclusión.

En esa realidad se era hombre o mujer, se estudiaba en colegio católico o laico, se era profesional o no, se era liberal o conservador, los colegios eran para hombres o para mujeres, se era de Bogota o de provincia y hasta la televisión era en blanco y negro. Tampoco habían bienes importados; las estufas, las neveras, las lavadoras, los vehículos y las carrocerías de buses y camiones eran producidas en Colombia, con mucho mérito que estética.

Lo anterior hacia que también hubiera conversaciones fantasiosas, como aseverar que se tenía un vehículo de marca Simca muy bonito! o un Renault 4 muy veloz, cuando las anteriores aseveraciones eran totalmente absurdas. Estas conversaciones binarias generaban posiciones irreconciliables en los gustos, en la política y en la religión donde solo debía haber una verdad, y la balanza solo aceptaban una única forma de ver la realidad y siempre con un ganador o un perdedor.

Hoy sabemos que nada en la vida es binario y para terminarla de complicar en todo existen matices y combinaciones que de forma factorial multiplica las opciones que van más allá de de las creencias religiosas, de los partidos políticos, de las marcas de carros y neveras o de los gustos sexuales.

La mejor escuela sobre la realidad diversa nos la da la vida y a los que tenemos hijos hemos aprendido que la diversidad y la lógica de pensamiento tiene una inmensidad de opciones, colores y sabores que hace que las mismas realidades sean percibidas de forma cada vez más abiertas e incluyentes y aunque en muchos casos están en contravía de nuestras creencias , lo que nunca debe pasar con nuestras decisiones es dar nuestro aval en contra de nuestros principios esenciales como son la dignidad, el respeto, la solidaridad y la lealtad.

La ironía está en que en este mundo multidiverso las personas que ostentan poder se está concentrando en posiciones inmediatistas donde insisten en negar el análisis juicioso, la diversidad, la inclusión, como forma de riqueza de saberes y consecuentemente decidir más allá del interés común disfrazando los discursos con medias verdades (o sea mentiras) y en juicios de valor sin consideraciones de principios, lo,que está generando posiciones absolutas, binarias y obtusas.

Reconozcamos el impacto de nuestras decisiones y hagamos un esfuerzo en reconocer la diversidad y en no tranzar con lo único que no es negociable, nuestros principios.