Siempre he visto a España, y no a Grecia, como el país europeo en crisis por antonomasia. Ahora que el gobierno del Premier Mariano Rajoy se resiste - con razón - a más austeridad, el énfasis está donde discutiblemente siempre debió haber estado.
Y ahora que España está en primer plano, la equivocación esencial de todo el foco de la política europea se torna totalmente evidente. España no se metió en esta crisis siendo fiscalmente irresponsable; vea la pequeña comparación de la gráfica en esta página.
Y aunque ahora decimos que el superávit antes de la crisis estaba agrandado por la burbuja, Martin Wolf, un columnista de TheFinancial Times, señala que en tiempo real el Fondo Monetario Internacional (FMI) tildó de estructural ese superávit.
"Consideremos las posiciones fiscales estructurales para 2007, el último año mayormente precrisis, estimadas por el FMI en octubre de 2007 - en 'tiempo real', por decirlo así", escribió el Sr. Wolf en una columna publicada el 6 de marzo. "Fue un año en que el indicador necesitaba gritar 'crisis'. No obstante, mostró a España con un importante superávit estructural y a Irlanda en equilibrio estructural", afirmó.
La pregunta es qué hacer ahora. Claramente, España necesita volverse más competitiva; tal vez las reformas al mercado laboral que está intentando lo logren, aunque tiendo a ser escéptico; de lo contrario, se trata de una deflación relativa gradual - o abandonar el euro y devaluación.
Lo que está claro es que ni siquiera más austeridad ayuda en algo. Lo único que hace es reforzar la espiral descendente, y acercar la posibilidad de una verdadera catástrofe.
Perdiendo el cinturón
Varias personas me han pedido una explicaciónrápida y fácil de la diferencia entre un gobierno y una familia - básicamente, qué tiene de malo el argumento de que cuando los tiempos son duros, el gobierno debería apretarse el cinturón.
Estoy trabajado en eso, pero tal vez podamos usar a Grecia como rápida ilustración del punto.
Después de todo, podría verse a Grecia como una familia que se excedió en los gastos, se endeudó, y sus integrantes ahora tienen que hacer todo lo que hacen las familias cuando están en esa posición: recortar el gasto en cosas no esenciales, posponer el servicio médico y otros gastos importantes, renunciar a sus trabajos y reducir sus ingresos -, ¡esperen!
Ese es el punto clave, por supuesto. Cuando una familia se aprieta el cinturón, no se queda sin trabajo por decisión propia. Cuando un gobierno se aprieta el cinturón en una economía deprimida, hace que mucha gente se quede sin trabajo, y esto es negativo incluso desde el limitado punto de vista fiscal del propio gobierno, puesto que una economía que se está achicando significa menos ingresos.
Ahora bien, podría argumentar que reducir el gasto gubernamental de hecho no cuesta puestos de trabajo - esto es, podría argumentarlo si hubiera pasado los últimos años dentro de una cueva o en un centro de investigaciones conservador, aislado de cualquier información sobre cómo ha funcionado la austeridad en la práctica. Los resultados de las políticas de austeridad en Europa han sido la mejor prueba que puede haber en macroeconomía, y sin excepción alguna a los grandes recortes en el gasto público les han seguido importantes caídas en el producto interno bruto (PIB). Entonces, pierda el cinturón; realmente es una mala metáfora.