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Analistas 23/02/2021

Reimaginando una educación para la vida

P. Harold Castilla Devoz
Rector General de Uniminuto

Las nuevas realidades que vive el mundo de hoy han originado en la vida personal y de las comunidades maneras nuevas de comprenderse, no dejando por fuera una de las más significativas, la educación. Junto con las variables del mundo del trabajo, la revolución digital, la economía del conocimiento y otras más, el ser humano se ha visto interpelado a sentir que debe asumir una dinámica educativa distinta a la que venía acostumbrado, por otra que sea a lo largo de la vida.

La toma de conciencia de que el aprendizaje de ayer ya no es suficiente para el mundo de hoy ha llevado a los seres humanos a exigirse una posición más dinámica en cuanto a la necesidad de seguir formándose para hacerle frente a desafíos y retos que el mundo exige. En este sentido, comprendemos que el aprendizaje a lo largo de la vida es la búsqueda continua, voluntaria y automotivada del conocimiento, ya sea por razones personales o profesionales. La definición reconoce que el aprendizaje no se limita a la infancia o al aula, sino que tiene lugar durante toda la vida y en una variedad de situaciones. Se trata de seguir aprendiendo para el desarrollo continuo de las competencias y habilidades necesarias para una realización personal a través del mundo del trabajo o del emprendimiento.

Las Instituciones de Educación Superior (IES) se sienten interpeladas a ofrecer a sus egresados no solo la práctica concreta de una vía, la denominada educación continua, sino que están llamadas, en el marco de la conexión con la economía y con las necesidades de la vida real, a tener una oferta significativa de rutas de formación que aumenten o perfeccionen esas competencias y habilidades necesarias para su bienestar y para aportar a la construcción de una nueva sociedad. Así lo ha expresado el informe del Foro Económico Mundial, “El Futuro del Trabajo” en una de conclusiones, señalando que el principal impulsor del cambio en la vida económica global es el desarrollo de entornos laborales flexibles donde las personas adquieren y viven habilidades y competencias adaptables.

La gestión de cambio en sus niveles (individual, organizacional y empresarial) ante la nueva normalidad requiere de una acción inmediata por parte de todos los actores o gestores del sector de la educación.

Este nuevo paradigma educativo debe ayudar a que las expectativas de los jóvenes en el mundo y en nuestro país -donde las últimas estadísticas indican que más del 20% de estos están desempleados (Cfr. Andi, Colombia: Balance 2020 y perspectiva 2021)-, se transformen en oportunidad para engancharse en una ruta de empleo formal que atienda sus necesidades y les dé esperanza en su proyecto de vida personal y familiar. También los líderes de los sectores empresariales del mundo y de Colombia insisten en que es necesario educar a los jóvenes y adultos acorde con las necesidades que el mundo requiere. Este es hoy el principal desafío de las IES, las cuales deberán conectarse cada día más con el contexto, y unos empresarios que están invitados a abrir sus escenarios para que, desde la experiencia o práctica real, los estudiantes desarrollen las competencias y habilidades en pro de su servicio profesional.

Es completamente claro que la vida de las IES en este tiempo de cambios profundos en el sector de la educación pasa por la innovación y el enfoque de la formación a lo largo de la vida, partiendo de las experiencias reales del entorno actual para crear las estrategias que respondan a estas transformaciones. Así las cosas, las IES están llamadas una vez más a saber cómo funciona el mundo desde otra óptica, y a darse cuenta de que la conexión con sus estudiantes no debe terminar con la graduación, sino por el contrario, mantenerlos siempre vinculados para beneficio de ellos mismos, y de la sociedad a la que sirven.

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