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Analistas 31/03/2020

Actualización de proyecciones de crecimiento: efectos del SARS-Cov2 en la economía

Mauricio Santa María
Presidente de Anif

Elaborado por Mauricio Santa María S., presidente de Anif, con colaboración de Carlos Felipe Prada L. y Ekaterina Cuéllar K.

La propagación del SARS-Cov2 está teniendo considerables efectos negativos sobre la economía global, particularmente en las actividades de comercio, transporte, esparcimiento y turismo, así como en otros sectores, a través de los diversos encadenamientos productivos. Por ejemplo, algunos analistas pronostican contracciones cercanas a 2% en Estados Unidos durante 2020 y de 3% en la Zona Euro, cifras considerablemente inferiores a los pronósticos de inicios de año en el rango 1% y 2%.

Colombia no es la excepción. El “frenazo en seco” que está teniendo nuestra economía por el Aislamiento Preventivo Obligatorio para prevenir la propagación del SARS-Cov2 (decretado por el Presidente de la República hasta el 13 de abril) tendrá un impacto desfavorable sobre la demanda agregada, lo cual significa menores ritmos de crecimiento. En efecto, con este nuevo panorama, ANIF proyecta un crecimiento del PIB en el rango 1.8% y 2% para 2020 (inferior al 3.4% que preveíamos inicialmente), lo que estará sujeto a la duración del “frenazo”, donde esperamos alguna recuperación durante la segunda mitad del año. En caso de persistir la crisis de salud pública, el escenario macroeconómico del país podría ser más complejo, con una desaceleración del PIB hacia el rango 0.5% y 1%.

El nuevo panorama sectorial para 2020
Esta nueva realidad macroeconómica implica también un reajuste en el crecimiento sectorial que ANIF preveía para 2020. Ese ajuste lo estimamos considerando los siguientes puntos: (i) la duración de la crisis de salud, limitándonos a tres y seis meses (escenario base y escenario estresado, respectivamente), donde esperamos que las medidas adoptadas por el Gobierno permitan controlar exitosamente la propagación del virus en los próximos meses; y (ii) el impacto de la propagación del virus en cada sector, calificándolo como bajo, medio, alto o muy alto. En este último cálculo, nuestras simulaciones consideran la evidencia de países en etapas de propagación del virus más avanzadas y el comportamiento histórico de los sectores.

La Tabla 1 muestra las estimaciones sectoriales del PIB para el año 2020. Entre los sectores con impacto “bajo”, hemos incluido: (i) el agro (con crecimientos de 2.4% en el escenario base y de 2.2% en el escenario estresado), considerando que los hogares estarán priorizando la compra de este tipo de bienes durante el Aislamiento Preventivo Obligatorio y, además, el Gobierno ha anunciado que garantizará el abastecimiento y la logística para proveer alimentos; y (ii) comunicaciones (2.9% y 1.8%), debido a que la permanencia de los hogares en sus casas continuará requiriendo de este tipo de servicios para poder realizar actividades de trabajo, estudio y de entretenimiento-ocio.

Entre los sectores con impacto “medio” estarían: (i) servicios sociales (4% y 3.7%), jalonados principalmente por las actividades relacionadas con la salud humana, en línea con el incremento esperado en el uso de los servicios, procedimientos para las pruebas de diagnóstico y tratamientos del virus; y (ii) servicios públicos de electricidad, gas y agua (2% y 1.5%), debido a que se tendrían mayores consumos por parte de los hogares (incluyendo las reconexiones de agua anunciadas por el Ministerio de Vivienda), aunque cabría esperar menor demanda de energía por parte de los segmentos no regulados (30% del total de esa demanda), dadas las menores dinámicas de la industria y la minería.

Con impacto “alto” estaría el sector de servicios empresariales (2.1% y 1.1%), donde se incluyen las actividades profesionales/científicas/técnicas y de servicios administrativos o apoyo, las cuales muestran un comportamiento pro-cíclico con la dinámica de la economía general. Sin embargo, cabe anotar que varias de estas actividades deberían continuar desarrollándose a través de esquemas de teletrabajo (con impulsos en el subsector de informática), al igual que las actividades de tercerización relacionadas con servicios de aseo (particularmente en entidades de servicios básicos) y vigilancia.

Las mayores preocupaciones están en los sectores con impacto “muy alto”, donde incluimos: (i) las actividades financieras (3.2% y 1.1%), debido a los potenciales riesgos relacionados con el deterioro en los pagos de créditos por parte de hogares y empresas; (ii) la construcción (1.6% y -0.1%), con menores dinámicas tanto en las obras civiles como en las edificaciones, difícilmente observándose una reactivación de las ventas de vivienda por las reducciones en los ingresos de los hogares; (iii) las actividades inmobiliarias (1.1% y -0.1%), en línea con el comportamiento de las edificaciones y la menor dinámica de los arriendos o alquileres, tanto de hogares como de negocios; (iv) las actividades de recreación (0.8% y -0.7%), dado el aplazamiento de múltiples eventos y el cierre de establecimientos de entretenimiento; (v) la industria (0.2% y -0.9%), con moderados crecimientos en las industrias relacionadas con alimentos y bebidas, pero cierres temporales en otras plantas; y (vi) la minería (-0.3% y -2.2%), por cuenta de los menores precios del petróleo y la debilidad de la demanda tanto externa como interna.

En este último grupo también incluimos, de manera importante, el sector de comercio, transporte y turismo, el cual ha mostrado los mayores impactos negativos a nivel global, según los siguientes reportes de inicios de marzo: (i) una caída de 20% anual en el número de vuelos internacionales, que no tiene todavía esperanzas de recuperarse en el corto plazo; (ii) una disminución de 70% en la asistencia a centros de comercio minorista en Estados Unidos y 20% en Reino Unido; y (iii) una reducción hasta de 100% en las reservas de restaurantes a nivel global (de acuerdo con Open Table). En el caso de Colombia, pronosticamos un crecimiento del sector de 2.1% en el escenario base y de 1% en el escenario estresado, con algo de soporte por cuenta del abastecimiento de los hogares en los períodos de aislamiento, las mayores compras online (con crecimientos recientes de 80% anual en Italia y de 30% en España) y los servicios de comida y otros servicios a domicilio. Es importante anotar que, si los aislamientos se alargan, estos sectores tendrían caídas considerables en su actividad.

Los efectos por el lado de la demanda
Por el lado de la demanda, la Tabla 2 muestra las nuevas estimaciones de ANIF para el año 2020. En el componente de demanda interna esperamos desaceleraciones en todos los rubros: (i) consumo de los hogares (2.7% en el escenario base y 1.8% en el escenario estresado), impulsado principalmente por las compras de bienes de primera necesidad (alimentos y productos de aseo); (ii) consumo del gobierno (2.8% y 1.5%), donde se estarían priorizando los gastos relacionados con el sector de la salud; y (iii) formación bruta de capital (-0.8% y -4.8%), considerando el aplazamiento de programas de inversión y ejecución de obras, dadas las fuertes restricciones presupuestales y los sombríos escenarios del sector minero (petróleo). En el frente externo, pronosticamos contracciones en: (i) las exportaciones (-3.7% y -7.4%), dada la debilidad de la demanda global, con nuestros principales socios comerciales registrando crecimientos negativos este año; y (ii) las importaciones (-2.3% y -7.6%), que surgen de los elevados niveles de devaluación (promediando 12% a marzo de 2020) y la desaceleración de la demanda interna.

Todo lo anterior muestra que la propagación del SARS-Cov2 tendrá implicaciones negativas para la economía colombiana, similar a lo pronosticado a nivel global. Por esa razón, en ANIF consideramos que, ante este choque inesperado, se deben tomar medidas extraordinarias y construir estrategias para que se mitiguen los efectos de la propagación del virus. De otra manera, los impactos sobre el bienestar, los ingresos, el consumo, el empleo y la pobreza serán demasiado grandes y de difícil recuperación posterior. A continuación, presentamos tres mensajes fundamentales sobre cómo vemos la situación y qué esperamos para el futuro cercano.

Mensaje 1: Las medidas adoptadas por las autoridades y el sector privado son adecuadas y oportunas. Sin embargo, es importante mencionar que, en la implementación del paquete de medidas se deberá tener en cuenta, además de los más vulnerables y las micro y pequeñas empresas, a las medianas e incluso grandes empresas que enfrenten dificultades por causa del aislamiento. Además, es tal la velocidad con la cual va cambiando el escenario de la propagación del virus y sus efectos, que el Gobierno Nacional tiene el inmenso reto de tener listo un nuevo paquete de medidas, si la situación así lo requiere, que abarque también esos segmentos.

Mensaje 2: Si el aislamiento se prolonga mucho, en poco tiempo los recursos se agotarán y la economía entrará en una espiral negativa de difícil recuperación. No existe capacidad fiscal ilimitada para financiar ayudas de emergencia a personas, hogares y empresas durante períodos muy largos. Por eso, es fundamental que exista un plan organizado para superar esta etapa inicial de la propagación del virus y proceder a tratar de reactivar la economía.

Mensaje 3: Probablemente nuestro mensaje más importante es que el aislamiento debe cubrir el período de tiempo estrictamente necesario y debe implementarse un plan para reactivar la economía y superar la propagación del virus. De lo contrario, nos veremos abocados a situaciones mucho más complejas. En ANIF consideramos que ese plan de reactivación debe desarrollarse por etapas: (1) Aislamiento para los más vulnerables (adultos mayores y los enfermos crónicos, especialmente del corazón, renales y con problemas inmunológicos, más aquellos que tienen enfermedades base respiratorias), quienes deben mantenerse aislados después del 13 de abril para salvaguardar su salud y su vida; (2) Retorno a las actividades económicas de la población no vulnerable para “reiniciar” la economía, manteniendo, por supuesto, las medidas básicas para evitar contagio (por ejemplo, algunas restricciones de aglomeraciones de personas y continuar con las campañas de salud pública para la prevención del virus); (3) Pruebas masivas de diagnóstico y aislamiento a los diagnosticados que tengan resultado positivo, lo que requerirá de un equipo de salud y epidemiología fortalecido en todos los departamentos y que se reserve parte de los recursos de liquidez anunciados por el Gobierno, para que el país tenga la capacidad de hacer centenares de miles de pruebas de diagnóstico; y (4) Atención en hospitales y clínicas a las personas con complicaciones de salud, lo que resalta la necesidad de contar con la capacidad instalada suficiente para atenderlos en el sistema de salud, incluso habilitar otro tipo de instalaciones (salones de eventos y hoteles) y ampliar así la capacidad instalada de atención.

Esta estrategia recoge las mejores experiencias internacionales en manejo del virus. Por ejemplo, Corea del Sur usó una parecida para contener la enfermedad que le permitió abstenerse de hacer aislamientos de la población. También, diversos expertos internacionales, como el Dr. David L. Katz (director fundador del Centro de Investigación de Prevención Yale-Griffin), han manifestado que hay que cambiar la estrategia de horizontal (aislamiento completo) a una vertical que permita regresar pronto al trabajo (aislamiento a los más vulnerables y aplicación de un plan masivo de pruebas de diagnóstico). No debemos caer en la dicotomía de salvaguardar a las personas del virus o entrar en recesión económica. Se debe tener claro que la manera para superar la crisis requerirá un adecuado equilibrio entre las dos opciones.

Y, por último, cabe recordar que el éxito de esta estrategia también dependerá del cumplimiento del aislamiento inicial por parte de toda la población, al igual que de todas las medidas que adopte el Gobierno en materia de salud pública. Aquel que sale a la calle creyendo que es muy inteligente nos está perjudicando a todos, tanto en la salud como en lo económico. Las personas y empresas que no son solidarias en este momento están haciendo que el choque sea más profundo y doloroso para todos.

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