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ANALISTAS

Se solicitan optimistas

viernes, 31 de julio de 2020

En la crisis de 1994-95, se perdieron 1.078.124 empleos. En la de 2009 fueron 678.438 puestos de trabajo. En el segundo trimestre del 2020, ya rompimos ambas marcas. En el segundo trimestre fueron 1.140.153 empleos formales perdidos, según el IMSS. En tres meses rebasamos lo que tardó 13 meses al comenzar el sexenio de Zedillo.

¿Cuántos empleos más se perderán? El segundo semestre es fundamental para entender cómo será la curva del mercado laboral. Está la entrada en vigor del T-MEC; la reapertura de la economía y una definición más clara de la situación epidemiológica en México y el mundo. Del T-MEC dependen algunos de los empleos mejor remunerados de México y en condiciones normales sería una buena apuesta para pensar en la recuperación del empleo. La duda es qué pasará ahora, cuando el pronóstico de crecimiento de la economía de Estados Unidos es de menos 6%. Hay razones para estar cautelosos. No sabemos cómo nos impactarán los problemas en la reapertura en algunos de los estados que tienen la relación comercial más estrecha con México. California, Texas y Florida viven un crecimiento alarmante de casos y muertes por covid-19. Sus problemas son también nuestros. Nos sirven para recordar que no habrá salud económica, hasta que no haya salud pública.

¿Quiénes son los mas afectados? Jóvenes, mujeres, personas con bajos niveles de calificación y regiones con mayor dependencia al turismo. Los jóvenes padecen de dos formas: son los primeros en las listas de los despidos de las empresas y, además, no pueden participar en un mercado laboral, donde se están reduciendo al mínimo las contrataciones. En una crisis cuentan los empleos perdidos, pero también el hecho de que se reduce drásticamente la apertura de nuevas opciones laborales.

La vulnerabilidad laboral de las mujeres en una crisis como ésta ha sido advertida por la ONU. Ellas representan 70% del personal en los sectores social y sanitario, pero también tienen una enorme tasa de participación en actividades que implican interacción cercana, como las relacionadas con el negocio de la salud y la belleza, donde son 80% del total y el sector de restauración y hotelería. El problema para las mujeres, destaca la ONU, va más allá del mercado laboral y está muy relacionado con la asignación de roles en el hogar. En la medida en que ellas son las que casi siempre se hacen cargo del cuidado de los niños, deben sacrificar opciones laborales para atender a hijos que no están yendo a la escuela ni saliendo de casa. La cultura machista juega en contra de ellas.

Hablando de turismo, en México, es Quintana Roo el estado que ha perdido proporcionalmente más empleos formales. De acuerdo con las cifras del IMSS, uno de cada cuatro trabajadores registrados en esa entidad perdió su empleo. En Baja California Sur, el porcentaje es superior a 10%; en Nayarit, 9,4%. Más allá de los empleos perdidos, las personas que laboran en el sector turístico viven el drama de la reducción de los ingresos totales. Sin turistas no hay propinas. ¿Cuánto tiempo durará la crisis y cuándo llegará la recuperación? La crisis de 1995 significó un poco más de un año de pérdidas ininterrumpidas de fuentes de empleo. La del 2009 no fue tan dramática por el número de empleos perdidos, pero tuvo una particularidad: dejó cicatrices muy profundas en el mercado laboral. Estas cicatrices tienen que ver con la caída en los niveles de salario y con la baja creación de oportunidades de trabajo. Lo explica muy bien David Kaplan, el experto en temas laborales del BID. La oferta de empleo tardó más de seis años en volver a los niveles que tenía en 2008. En lo que se refiere al nivel de salario promedio, en 2020 México no había recuperado el nivel que tenía en 2009. Frente a estas perspectivas, se solicitan optimistas, ¿alguien tiene otros datos?

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