.
Analistas 26/11/2019

Entre el mal gobierno y la ingenuidad

Luis Fernando Vargas-Alzate
Profesor titular de la Universidad Eafit
LUIS-FERNANDO-VARGAS

A propósito de los últimos acontecimientos regionales, con un alto componente reaccionario y violento, fue recientemente publicado por Bloomberg un texto de Ezra Fieser (Strikers fill streets as Latin American rage spreads to Colombia) en el que se planteó la posibilidad de entender a Colombia en la misma línea de las naciones latinoamericanas que han padecido arduas jornadas internas. Con una administración claramente impopular y una gestión valorada por pocos, insiste el artículo, el país está ad portas de convertirse en el próximo eslabón de la cadena revolucionaria que sacude y tumba gobiernos.

Para muchos esta lectura puede lucir exagerada, dado que al establecer un comparativo con los casos en los cuales la sociedad ha reaccionado enérgicamente, las circunstancias son bien diferentes. No obstante, para otros muchos, esto resulta apenas consecuente con una realidad en la que se mantienen los asesinatos de líderes sociales, diversos factores generadores de desempleo, informalidad y pocas oportunidades para las nuevas generaciones, y unos sistemas de salud, educación y protección social claramente ineficientes. Apenas lógico que se reaccione ante semejante Estado irresponsable, dirían.

Finalmente, razón tendrán quienes se sitúen en alguna de las dos posturas, pues ninguna de las dos posiciones carece de fundamentos. Sin embargo, esto quizá no es tan relevante, como sí notar que Colombia, de la misma manera que todos los países de América Latina, está echando para atrás otra vez. Y lo hace porque la actual administración liderada por el presidente Duque nunca fue capaz de despegarse de eso que denominan Uribismo (que no se sabe a ciencia cierta qué es), y que claramente trazó la ruta obligada de su ejercicio.

Al Presidente de la República le impusieron los ministros, le crearon la agenda y casi que le indicaron lo que tenía que decir en cada intervención. Y como Él lo aceptó de manera dócil, pues entonces le corresponde ahora enfrentar tal realidad. Tráigase a colación el tema internacional. En la Cancillería se ubicó a quién aspiró, igual que Él, a ser presidente de Colombia. Luego de estar firme en la posición de ministro de relaciones exteriores, Holmes Trujillo intentó vender el mensaje que Él sí sería un verdadero canciller, cercano a los diversos actores a los que lo internacional ha importado e, incluso, cada vez más vinculado con la academia y otros sectores. En ese entonces resultó algo convincente.

Pero como se dice coloquialmente, todo fue “puro cuento”. El hecho que Francisco Santos expresara lo que señaló en su conversación con la recién nombrada canciller, Claudia Blum, y por lo que tuvo que dar explicaciones, no es para nada fortuito. Cuando se hace seguimiento a la labor del ex canciller (hoy desafortunadamente para el país, nuevo ministro de Defensa), el listado de salidas en falso, desaciertos y pocos, por no decir nulos, resultados en lo que atañe a la inserción del país, tanto a nivel regional como en los demás escenarios internacionales en los que Colombia había alcanzado alguna participación importante en los últimos años, los resultados son tan lamentables que ni siquiera vale la pena detenerse en su análisis.

Holmes ofreció una Cancillería de puertas abiertas, pero eso nunca se dio. Es un personaje meramente político, sin carácter diplomático ni técnico e, incluso, con desconocimiento de cómo enfrentar el ámbito internacional, bien con el ejercicio práctico de la diplomacia, bien con la generación estratégica de vínculos y movimientos que redunden en beneficio de la sociedad colombiana. No queda duda que la política exterior y las relaciones internacionales del país le quedaron grandes. Tan grande como le había quedado el Ministerio de Defensa a Botero. Un gobierno de tumbo en tumbo y una ilusa sociedad que considera que con golpear una cacerola con un palo es posible remediar tal situación. Mal panorama.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA