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Analistas 24/01/2020

Una nueva oportunidad

Julián Arévalo
Decano, Facultad de Economía, Universidad Externado de Colombia
Analista LR

El año que empieza ofrece la oportunidad de darle un rumbo diferente al país, en el que el inconformismo ciudadano se aborde de forma positiva y se supere la crisis en que terminó sumido el gobierno al terminar 2019.

Los nuevos mandatarios locales, muchos de ellos siendo electos como resultado del cansancio de la ciudadanía con ciertas prácticas políticas, tienen en sus manos la posibilidad de construir un sendero diferente. El Gobierno Nacional debe trabajar de la mano de ellos.

El balance de fin de año del Gobierno no fue positivo, con respuestas inadecuadas a la movilización ciudadana, problemas de seguridad en varias partes del país, una situación de zozobra de los líderes sociales que no cede terreno y un diálogo nacional que a la fecha pocos ven con buenos ojos.

Peor aún, desde varias plataformas sociales se anuncia una mayor movilización social que, de materializarse, nuevamente pondría en aprietos al Gobierno.

Sin embargo, al margen del escenario nacional, la realidad en los municipios y departamentos es bien diferente, con nuevos mandatarios sobre quienes hay grandes expectativas, y que con sus políticas pueden ayudar a llenar los vacíos de liderazgo existentes. Varios temas puntuales pueden contribuir a este propósito.

Uno de ellos es el diálogo social, de tal manera que se convierta en una válvula de escape al inconformismo ciudadano y se traduzca en iniciativas concretas para el país. Ideas como los presupuestos participativos, que ya se han intentado, y sobre los que algunos nuevos mandatarios vienen hablando, pueden empoderar a la ciudadanía y dar un sentido de corresponsabilidad en las decisiones de política.

De igual manera, espacios de diálogo y reconciliación tienen el potencial de contribuir a superar los altos niveles de desconfianza entre ciudadanía y autoridades, que son evidentes en muchos lugares del territorio.

Seguido a ello, está todo lo relacionado con el acuerdo de paz. Pocos temas le han costado tanto al Gobierno Nacional como su discurso ambivalente al respecto, luego un esfuerzo decidido desde las administraciones locales sobre la implementación, sin duda, contribuirá a dar un giro en esta materia.

En este frente aparecen necesidades como la de avanzar en los procesos de reincorporación de excombatientes, atención a las víctimas, desarrollo de los PDET, programas de sustitución de cultivos ilícitos, desminado y catastro multipropósito, entre otros.

Igualmente, aparecen temas como la promoción de prácticas ambientalmente sostenibles, medidas que contribuyan a una mayor equidad de género o avanzar en la lucha contra la corrupción. Respecto a esta última, mientras que a nivel nacional los esfuerzos siguen siendo escasos, desde el nivel local se puede enviar un mensaje muy fuerte sobre el hastío de la ciudadanía con estas prácticas.

Pero quizás uno de los cambios más relevantes que se pueden impulsar desde los gobiernos locales es la apuesta por el cambio de narrativa que tanto requiere el país, de tal manera, que los colombianos empecemos a mirar hacia el futuro, en lugar de seguir, como perro que se muerde la cola, dando vuelta sobre los debates del pasado.

El Gobierno Nacional tiene una oportunidad de apalancarse en las iniciativas que surjan desde los municipios y departamentos -de abajo hacia arriba- para construir la agenda de trabajo de la que carece actualmente. Es una oportunidad que no puede dejarse pasar.

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