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El Marco Fiscal de Mediano Plazo que presentó el Ministerio de Hacienda es una pieza maestra de ilusionismo fiscal. Está lleno de actos de magia.
Magia 1. Adivinar el futuro. A pesar de que en el documento la palabra incertidumbre aparece 63 veces, las proyecciones se hacen como si el futuro se pudiera predecir.
Sería conveniente que los funcionarios del Ministerio de Hacienda repasaran la obra que Knight escribió en 1921, donde muestra la diferencia entre riesgo e incertidumbre. Hechos únicos, como el covid-19, no permiten cálculos de probabilidad y, por tanto, no es posible construir funciones de riesgo.
Simplemente, como diría Keynes, frente al futuro, no sabemos. A diferencia de Hacienda, Keynes sí entendió el significado de la incertidumbre de Knight.
Magia 2. Crecimiento en V. El Marco Fiscal hace crecer la economía en forma de V. De manera ingenua se sueña con una recuperación rápida.
Las proyecciones están llenas de fantasía. Describiendo una V perfecta, la dinámica de la tasa de crecimiento del PIB comienza con 3,3% del 2019. Posteriormente, en 2020 caería a -5,5%. Y fuerzas misteriosas harían que en 2021 creciera a 6,6%. A partir de este momento, en el mediano plazo, habría una cierta estabilidad. Como en los ejercicios de los libros de texto, Hacienda supone que la recuperación se produce de manera inmediata, y con suficiente capacidad para compensar las pérdidas previas.
El documento no analiza seriamente la posibilidad de que los cambios futuros puedan tomar la forma de una L. Una vez que el empresario ha cerrado un negocio, no lo abre con la misma facilidad con la que se quebró. El proceso de reconstrucción del aparato productivo es complejo.
Magia 3. Reducción del déficit en V. Las proyecciones del déficit también siguen la misma dinámica del producto. Como porcentaje del PIB, se parte de un déficit de -2,5% en 2019, se agudiza en 2020 llegando a -8,2%, y de manera veloz, en dos años se volvería a -2,5%.
Este mundo maravilloso es posible porque Hacienda supone que nada grave está pasando. Que en el futuro los ingresos tributarios no se tendrán que modificar de manera sustantiva. Entre 2022 y 2031 se mantendrían alrededor de 14,5% del PIB. Y de la misma manera, durante estos años el gasto público oscilaría alrededor de 19%.
La tendencia ascendente que tenía el saldo de la deuda pública se convierte en negativa a partir de 2021. Los mensajes a favor de la necesidad de una mayor intervención del sector público todavía no llegan a los oídos de Hacienda.
Magia 4. El equilibrio sigue imperturbable. El mayor acto de magia es suponer que la actividad económica recuperará la senda de equilibrio a partir de 2022. En la mirada de Hacienda no está pasando nada extraordinario, fuera de un choque transitorio que no afectará ni la política fiscal, ni el sendero de equilibrio, ni la estructura de la economía.
En el mundo imaginario de Hacienda, no hay que cambiar nada. Simplemente esperar que todo vuelva a su cauce “normal”. A esta actitud le cabe la crítica que hizo Solow cuando recibió el premio Nobel en 1987.
La crisis de aquel año, decía, no puede ser considerada como un simple “parpadeo” alrededor de una “senda óptima”. Si la crisis de 1987 golpeó las estructuras productivas, mucho más la pandemia que estamos viviendo. Para desconocer este hecho se necesita recurrir a insólitos instrumentos de prestidigitación.