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Analistas 01/07/2022

Riesgo alto de estanflación

En 1965 el ministro de Finanzas del Reino Unido, Ian McLeod, explicó ante la Cámara de los Comunes, que ese país estaba enfrentando una situación única en la que se mezclaban simultáneamente la alta inflación y el estancamiento económico. McLeod, que era un político y no economista, fue el primero en usar el término “estanflación” mezclando las dos palabras. En los años 70, con las crisis del petróleo a nivel mundial, se generalizó el uso del concepto en diferentes economías.

UBS, el reconocido banco suizo, publicó ayer una actualización de sus proyecciones en la que rebaja el crecimiento de la Eurozona. La analista Anna Titareva, junto a otros tres expertos del banco, afirma que “la Eurozona se encamina hacia la recesión o eventualmente hacia algo peor”. Se reajustan a la baja todas las proyecciones de PIB. Las cifras de Alemania y Francia no resultan alentadoras y el resto de países tienen dificultades. Dice UBS que el crecimiento se detendrá entre el tercer y el cuarto trimestre de 2022. La variable principal que ocasiona el escenario negativo es el precio de la energía (gas y petróleo). Para hogares y empresas de Europa, los precios de la energía se mantendrán altos. De hecho, los gobiernos están luchando para evitar un racionamiento. La distribución de gas, especialmente para el último trimestre cuando llega el invierno, es un ingrediente determinante para la inflación. Los fenómenos de altos precios y estancamiento económico necesariamente llevan a la estanflación generalizada en toda la zona con perturbaciones económicas que probablemente serán severas. Algunas naciones sufrirán daños económicos irreversibles.

El resto del planeta no tiene un panorama mejor. En América Latina, incluyendo nuestro país, estamos ad portas de la misma situación. El gobierno saliente deja un cronograma de segundo semestre con aumentos sostenidos cada mes en precios de la gasolina. El precio del barril de petróleo en el mercado internacional no parece querer bajar de los US$100 por un buen tiempo. Al menos eso se infiere de la última reunión de la Opep que terminó ayer. No hubo consenso sobre aumentos en producción.

El Banco Mundial hizo una advertencia sobre Colombia y el riesgo de estanflación. Un duro panorama para el presidente entrante, quien acertó en el nombramiento de José Antonio Ocampo en Hacienda. Otro hubiera sido el escenario con un nombramiento de alguien radical de izquierda. Ocampo es respetado en el mercado local e internacional. La prioridad para que Colombia no caiga en el horrible escenario de estanflación es buscar despejar rápidamente las dudas que hay en diversos sectores.

Son clave los nombramientos de Comercio, Industria y Turismo, y Procolombia, para impulsar exportaciones que pueden ser favorables por la tasa de cambio actual y turismo internacional hacia nuestros destinos. Ahora se necesita que los empresarios decidan volver a invertir y ejecutar proyectos. Es duro decirlo, pero lo último que necesita la economía es una reforma tributaria. La prioridad es generar inversión, crecer las ventas, y eventualmente los impuestos llegarán como una resultante. No nos podemos desviar en prioridades ante el monstruo de la estanflación, un fenómeno del cual es muy difícil salir.

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