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Analistas 23/10/2018

Así de simple, ¿para qué?

Ignacio-Iglesias

Después de un año hablando de las nuevas herramientas y plataformas sobre las que se mueve la comunicación en nuestros días: data, AI, modelos predictivos, programática…, me gustaría hablar de lo que ha sido, es y será la base de nuestro trabajo: escuchar, leer y escribir para comunicar y conquistar a nuestra audiencia.

A muchos les puede parecer muy obvio, pero precisamente por ello es necesario recordar que, además de capacitar a nuestros equipos para la nueva era, deberíamos cada cierto tiempo recordarles lo que es básico en la publicidad, en la comunicación.

ESCUCHAR, querer escuchar, saber escuchar; aquí comienza el ciclo de nuestro trabajo. No sólo al cliente sino también escuchar a expertos, a los consumidores, a nuestros compañeros de trabajo que en el proceso siempre tienen que aportar.

Escuchar es respetar. No es simplemente oír. Es callarse y ser parte de una conversación que mejorará la idea que queremos que seduzca a nuestra audiencia. Es aceptar que la razón no es patrimonio de uno mismo. Es dar un paso a un lado para que el protagonismo lo pueda tener otro. Es trabajar en equipo y compartir el éxito y el fracaso.

Es reconocer que otros han podido ser mejores que nosotros, hacer autocrítica con el fin de mejorar. Y complementar nuestras ideas o proyectos con los de otros y enriquecerse mutuamente.

LEER nos hace ser más “sabios” y al mismo tiempo más humildes porque tendremos que aceptar que hay mucha, pero mucha gente que sabe más que nosotros, que tiene una capacidad para transmitir conocimiento, contar historias que trascienden.

Nos enriquecerá nuestra manera de afrontar problemas, situaciones. Nos ampliará nuestra mente, además de nuestro vocabulario y manera de comunicarnos (de escribir). Hay que ser capaces de leer artículos de nuestro trabajo, pero también noticias, novelas, biografías, cuentos…. Nos ayudará a tener criterio, a debatir, a relacionar y aprovechar en nuestra vida personal o profesional lo que otros quieren compartir con aquellos que los leen.

ESCRIBIR, si escuchar y leer son condiciones necesarias para ser exitosos, en éste y en cualquier otro trabajo, escribir es algo imprescindible porque quién escribe bien, comunica bien, habla bien. En el mundo en el que vivimos, la redacción ha pasado a un segundo plano. Se da por sentado que todo el mundo sabe escribir.

Sin embargo, “las patadas” que se dan al diccionario en forma de faltas de ortografía, en construcciones sintácticas incomprensibles, en usar términos inapropiados por desconocer su significado…, es algo que nos debería “poner los pelos de punta” y creo que un responsable directo de esa caída tan dramática en el nivel de escritura la tienen los medios de comunicación actuales como WhatsApp, Messenger, post, Twitter, Facebook…., donde los códigos de comunicación se guían por los acrónimos, iconos, abreviaturas, faltas de puntuación y de acentuación, por la inmediatez para “no aburrir”, por los anglicismos, por las imágenes, por copiar el lenguaje de ciertos personajes de pacotilla que se creen “generadores de opinión” o canciones, por llamarlas “eufemísticamente” así, donde el vocabulario y las frases dan “vergüenza ajena” y son un insulto a la razón humana.

También castiga la buena escritura sustituir la lectura por las series, los videojuegos y no pasar de los titulares de lo que pasa en nuestra vida, con el fin de estar simplemente informados. Es muy duro decirlo, pero ¡cuánto cuesta en los días que vivimos encontrar una frase bien construida! Si seguimos a este ritmo de “degradación” en la escritura y por ende, en la comunicación, mal acabaremos.

Escuchar, leer, escribir. Tres verbos, tres acciones simples y sin embargo tan olvidadas. Rescatémoslas y exijámoslas a nuestros equipos…, por la supervivencia de nuestro negocio y porque rescataremos un gran deleite para nosotros mismos.

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