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Analistas 29/04/2021

El paro de los 15’

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Pasó el cuarto de hora de «la generala» Claudia López, quien desaprovechó la oportunidad que ofrecían la emergencia climática y pandemia para transformar Bogotá. Sus Planes de Gobierno y Marshall carecieron de ambición e «inno-visión».

Finalizando diciembre publicó “El 2020 fue el año de la bici”; ahora, “2021 será el año del peatón”: anuncios rocambolescos, sin demostrar acciones coherentes ni resultados. Acaba de suceder con el transporte público, para el cual el Concejo determinó su exclusiva electrificación a partir de 2022, pero se lavó las manos, igual que Petro, quien repotenció los motores diésel, o Duque, cuya tercera tributaria (apoyada por ella) adecuaría la infraestructura de las ciudades pensando en recorridos «largos».

Opositores obsoletos y embotellados, jamás cultivarán la integración social, calidad de vida y sostenibilidad. Paradójicamente, ella tiende a parecerse a Ayuso, la derechista Presidenta de Madrid, y se distancia de la reelecta Hidalgo de París, una socialista de origen español que aspira a legar una “Capital de 15 Minutos”.

Aunque Bogotá es la ciudad más congestionada del mundo, pese al gran confinamiento, sigue creyendo que el costoso y apretujado metro es la clave. No ofrece alternativas para la movilidad individualizada, limpia y activa, pues no implementó el Sistema de Bicicletas Públicas y tampoco consideró «regalar» bicis para empoderar a los ciudadanos, y desincentivar sus robos.

Prefirió transar la liberación de los automotores particulares, mientras Francia ofrecería primas para sustituirlos por bicicletas, pues los vehículos eléctricos acaso reducen emisiones; menos trancones y accidentes.

Apostando por cambiar paradigmas, Barcelona y París limitarían las autopistas, su velocidad y ruido; también recuperarían el espacio público, deconstruyendo la ciudad a partir de su «complejidad», con sentido dialógico, recursivo y hologramático, pues reintegrar y humanizar las ciudades requiere modelarlas a partir de la proximidad, polifuncionalidad y policentrismo, de modo que se optimice la accesibilidad y el aprovechamiento de los espacios, en el «corto» plazo, caminando o en bicicleta.

Además del impacto en nuestras actuales rutinas, basadas en los dispersos patrones de especialización económica, también es necesario repensar la planeación y administración urbana. Pero ella no comprende a la capital como un sistema con redes de relaciones, interfaces y fenómenos interdependientes.

Petro y Duque también desaprovecharon la oportunidad de demostrar ideas progresistas, enfoques claros e iniciativas concretas; y ella representó la continuidad de su improvisación, incumplimiento, y arrogancia ante los diversos grupos de interés capital: Petro hizo apología de la incultura ciudadana; Duque bombardeó la paz, no la inseguridad ciudadana; y López retrasó a Bogotá.

La incoherente hija de maestra tampoco virtualizó la educación, pero consiente las licoreras digitalizadas y los paseos durante los cierres. Saboteada su revocatoria, este 28 sintió los dolores preelectorales del paro, pues se terminó su cuarto de hora. Igual, las protestas, cuando devienen en vandalismo, simplemente logran que «cambien» las ventanas y puertas de las estaciones de Transmilenio; hagamos cacerolazos de 15 minutos, para que retiren la tributaria y humanicen a la empobrecida Bogotá.

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