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ANALISTAS

Melodías incomprendidas

jueves, 9 de julio de 2015
La República Más
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La mayoría de cosas gratificantes se dan al encontrar afinidades entre los intereses de uno con los de otros, que trascienden si se unen por un norte común y una dinámica compatible; así, por ejemplo, se encuentra el gusto por el baile en una pareja que además comparta similares expectativas de música, cadencia y ritmo.

Igual sucede entre la macro, meso y microeconomía; aunque están en planos diferentes, danzan entre sí, donde lo espacial y macro condicionan la aglomeración meso y la particularidad micro. Así, aunque en lo micro hay potencial en muchos frentes, no danzan productivamente al carecer del humus y entorno requeridos.

Es difícil bailar sin pista ni sonido para sentir bien esa experiencia, igual hay mucha ventaja comparativa desaprovechada y aunque insólita y excepcionalmente hay quienes realizan oportunidades extraordinarias, carecen de debida representación para ser grupo de interés y por ende, de condiciones favorables para crecer.

Así lo dije en uno de mis primeros artículos publicado en este privilegiado espacio: “De lo Macro a lo Micro en Economía” (14 ene. 1.992), para materializar todas las oportunidades del entorno microeconómico, se necesita que el ambiente macroeconómico lo permita, entendido hoy como ecosistemas acordes que fomenten su máximo despliegue.

Para el efecto, aparte de la seguridad jurídica y estabilidad monetaria y cambiaria, así como la infraestructura y orden público, propias de la esfera habilitante; se requiere conjugar bien estas con las políticas fiscal y tributaria, sectorial, comercial, de empleo, y de ciencia y tecnología, de la esfera esencial; para optimizar lo medular y aprovechar lo micro en toda su extensión.

Ese aprovechamiento se dará en la medida que las políticas relacionadas con el capital humano y emprendedor de clase mundial, se alineen y sincronicen con las políticas macro de las esferas habilitante y esencial descritas, para aprovechar oportunidades productivas inexploradas en el agro, la industria y los servicios.

No aprendimos a desarrollar bailes de nuevas melodías complejas siendo nuestro principal error y en él que aún caemos, que comienza al desconocer esta fatídica realidad. Por lo tanto, hay que probar recetas creativas viables y cambiar el ritmo y son que llevamos, para entonces desempeñar danzas exóticas y exuberantes.

Eso requiere que el dueño de la batuta inserte nuevas partituras que permitan melodías diversas y sofisticadas; la cual está bajo el comando de Presidencia-Hacienda, pero que tiene como principales intérpretes a Comercio, Industria y Turismo, seguido de Educación y Trabajo, para ejecutar sinfonías magistrales que permitan danzas sorprendentes.

Brindar el adecuado sonido y tono para armonizar melodías incomprendidas requiere de afinar bien toda la gama de instrumentos de política disponibles, siendo útil el debido escáner como herramienta para evaluar el uso de recursos estales en cualquier sector, pero también para diseñar nuevos instrumentos y programas que coadyuven a diversificar y sofisticar.

Finalmente, danzar cual maestros significa optimizar los recursos disponibles para, en lo micro, maximizar la creación y distribución de riqueza, además de propiciar la innovación productiva, para además en lo macro minimizar los riesgos asociados con vulnerabilidades externas en especial en cuenta corriente y déficit comercial.
 

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