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Analistas 25/05/2019

Instituciones para la innovación

Germán Bolívar-Blanco
Analista y consultor

Los cimientos que definen los arreglos institucionales en las sociedades se determinan principalmente por el lenguaje y costumbres subyacentes a su propio desarrollo, vale decir el estilo secular al definir causas, efectos y alcance de los problemas en cualquier asunto público o social, incluida la ciencia y tecnología, donde las cartillas y consensos están a la orden del día para moldear su evolución, habiéndose convertido en fuente de progreso virtuoso o en motivo de atraso sistemático, donde lo último coincide con su estado y coyuntura en Colombia.

Por eso la institucionalidad para renovarse y fortalecerse requiere enfoques holísticos disruptivos fundamentados en el debido análisis crítico, que aporten trayectos axiológicos para catalizar y contemporizar las recetas que la alientan y enriquecen, además de habilitar el tratamiento requerido en su correcta evolución al responder efectivamente a las condiciones y entornos donde se desenvuelve, en procura de alinearse discrecionalmente con los más virtuosos y avanzados según la práctica mundial, vista acá con reduccionismo acomodado dañino.

Las instituciones para la ciencia y tecnología deben de entenderse consecuentemente para tratarlas desde las de la innovación, que permanentemente amplía dominios y campos de acción además de requerirse ingentemente en Colombia para el incremento sustancial de la productividad y competitividad; siendo clave revisar el lenguaje y corolarios usados que apelan básicamente a soluciones fiscales, convertidos en la muletilla que ocasionó la postración institucional, aunada a conceptos que soportan su pobre despliegue porque precisamente descuidan su sana interacción.

Así que dentro de los retos institucionales que mayor discusión y reforma demandan, son precisamente los asociados al correcto uso de los conceptos y sistemas relacionados con la innovación científica y tecnológica, junto a su articulación y coordinación con los de la productividad y competitividad, totalmente complementarios y aún incomprendidos; a más de conceptos inapropiadamente asimilados y manejados como la soberanía científica y tecnológica, vital hoy a 200 años de independencia.

Esto requiere una visión deontológica sobre la institucionalidad que nutra el debate con enfoque epistemológico, apegado a las circunstancias y evolución sistémica de las diferentes instituciones relacionadas en lo local, territorial, nacional, regional e internacional, incluida la misión y objetivos del recién aprobado ministerio que atenderá éste crucial, transversal y neurálgico tema; que proponga alternativas para mejorar radicalmente su estructura y posible desempeño, para que su gestión éste guiada conforme las lógicas y dinámicas que definen las fronteras de la soberanía científica y tecnológica, y así realmente cerrar brechas al enfrentar las necesidades de todos los sectores productivos.

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