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ANALISTAS

Impulsores del desarrollo humano

martes, 16 de abril de 2013
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Desde que se lanzó en 1990 hace ya veinticuatro años, le hago seguimiento al “Informe sobre Desarrollo Humano” que elabora el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Pnud, el cual para este año 2013 lo calificó como extraordinario por incluir y definir lo que consideran impulsores del desarrollo, y titulan: “El ascenso del Sur: Progreso humano en un mundo diverso”.

 
El informe 2013 publicado el pasado 14 de marzo ubica a Colombia en la posición 91 entre 186 países, una pérdida de cuatro puestos desde el 87 en 2011, lo cual demuestra nuestro mediocre desempeño, pero además que a pesar de lo mal que estamos en pobreza y concentración del ingreso, nuestra situación es aún mejor a la de otros países que no padecen el mal de la guerrilla.
 
Pero bueno, lo importante en este artículo son los impulsores del desarrollo que formuló el Pnud en su reciente informe, los cuales consideran los planes y estrategias utilizados por las naciones con desempeños superiores, que mejoraron sustancialmente su desarrollo humano entre 1990 y 2012 en todas sus dimensiones, transformando sus economías y sociedades; pero además, éstos sirven para determinar futuras prioridades políticas que ayuden en este propósito.
 
El primer impulsor del desarrollo descrito por el Pnud es un Estado desarrollista dinámico, entendido como un Estado fuerte con un gobierno proactivo que tenga una tecnocracia con el suficiente poder y autoridad para planificar e implementar políticas, soportado regularmente por élites apolíticas que definen como principal objetivo el rápido desarrollo económico. Se requiere una visión a largo plazo, valores compartidos, reglas e instituciones que generen confianza y cohesión, pero además sólidas capacidades burocráticas que ayuden a identificar las barreras que obstaculizan el cambio, así como sus potenciales catalizadores, visibles en políticas apropiadas que faciliten la transformación en las regulaciones del mercado, en la promoción de las exportaciones, en el desarrollo industrial, y en la adaptación y el progreso tecnológico. Para potenciar este impulsor se necesita entonces de un fuerte liderazgo político comprometido con la equidad y la sostenibilidad.
 
Para el segundo impulsor: aprovechamiento de los mercados mundiales, estiman menester fortalecer las capacidades de los ciudadanos y las competencias de las empresas, lo cual posibilita proveer insumos intermedios y bienes de capital a precios globales competitivos, adoptar tecnología y conocimientos extranjeros y usarlos para venderlos a los mercados mundiales. Los países en vía de industrialización han seguido la estrategia de “importar lo que el resto del mundo conoce y exportar lo que desea”. A medida que los países se desarrollan desmantelan las barreras al comercio y se tornan más abiertos, mediante integraciones graduales y secuenciadas. Destacan que varios países desarrollaron competencias industriales en períodos de sustitución de importaciones, que utilizaron posteriormente para abastecer mercados del exterior.
 
Acerca del tercer impulsor, innovación en políticas sociales, la evidencia demuestra que sustanciales inversiones públicas implementadas eficientemente no solo en infraestructura, sino ante todo en salud y educación, resultan claves para alcanzar y mantener el desarrollo humano. Las estrategias y políticas de desarrollo no prosperan sin un compromiso con la igualdad de oportunidades que proporcione a todos las mismas posibilidades de cosechar el crecimiento. Es claro que a mayor desarrollo humano, mayor crecimiento económico.
 
Promover la inclusión con acceso universal a educación y salud de calidad, acompañadas de servicios públicos que ayuden a tener una fuerza laboral competente, contribuye además a la estabilidad, gobernabilidad, legitimidad y cohesión social; pero requiere de una agenda social y de reducción de la pobreza más amplia, donde las políticas para abordar las desigualdades, las fallas institucionales, y las barreras y vulnerabilidades sociales y personales, sean tan importantes como las que fomentan el crecimiento económico.
 
Las lecciones están dadas desde diferentes perspectivas válidas que apuntan en la misma dirección. No podemos demorarnos más en asimilarlas porque el costo de no apropiarnos de ellas y aplicarlas es enorme y tal vez incuantificable. Espero que al solucionar el maleficio de la insurgencia, podamos desplegar sus beneficios.

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