Capital emprendedor de innovación

Uno de mis logros como investigador ha sido comprender que en el núcleo, nuez o médula de la innovación se encuentran los capitales humano y emprendedor, los cuales además son el fundamento primordial de la propuesta que promuevo para el fortalecimiento equitativo del mercado de capitales, propósito profesional de vida que tiene su acicate en el novedoso y útil enfoque que al respecto hallé.

En este artículo aunque me centro en el capital emprendedor que conjuga el capital humano traducido en ideas creativas, con mercados ávidos, financiación y organización, que lleva a la generación de valor y por ende de riqueza; lo cierto es que todo proceso innovador solo se inicia per se con el capital humano, sin el cual no sería posible tener capital emprendedor, ni menos aún crecimiento inclusivo.

Reconocer esto permite entrar de lleno al tema del capital emprendedor, en particular cuando hay requerimientos adicionales de capital, en donde la literatura reciente distingue cinco diferentes fases que puse de presente hace más de cuatro años en el artículo "capital inteligente y desarrollo empresarial", conocidas como contínuum del capital, en su orden 1) semilla, 2) ángel, 3) de riesgo y 4) privado.

Cada etapa de estas se asocia con una característica propia del emprendimiento. El capital semilla y la inversión ángel con su fundación, establecimiento formal y desarrollo temprano, mientras el capital de riesgo y privado con su crecimiento y consolidación, proceso que de seguir ese orden, terminaría con la financiación de grandes empresas mediante emisión de acciones en el mercado público de valores.

Sobre esta materia debo destacar tres aspectos que considero neurálgicos en nuestro país, en primer lugar el perfil y calidad promedio del emprendimiento, en segundo lugar las condiciones y ecosistemas donde se desenvuelven los mismos, y en tercer lugar la situación y perspectivas de la industria de capital emprendedor; cada uno de los cuales paso a describir a continuación.

Acerca del nivel de innovación científica y tecnológica característico en nuestros emprendimientos, sin revisar a fondo esa tipología es obvio que la gran mayoría de nuestras empresas de todos los tamaños están en los sectores primario y terciario de la economía, pobres en agregación de valor, perfil que se agrava con el débil entramado productivo concentrado en bienes de consumo de igual implicación.

Al mirar el contexto para la creación y despliegue emprendedor, se encuentran múltiples paradojas y contrasentidos visibles en las ayudas y programas del gobierno nacional que destina mayores recursos al emprendimiento elemental, ejemplo mediante el fondo emprender del Sena, y al tiempo promueve el llamado emprendimiento dinámico y las empresas que integran los clusters, sin que para esto se valore y califique el tipo de conocimiento que está detrás de los mismos.

Lo anterior ha hecho que no existan herramientas ni programas que decididamente fomenten el emprendimiento de alto nivel tecnológico, lo cual es una falla garrafal que nos condena al atraso y de manera aberrante obliga a supeditarnos a la importación de los bienes propios del conocimiento y la innovación, pero peor aún impide cualquier posibilidad de cierre de brechas y desarrollo equitativo.

Esta situación sesga y limita el desarrollo de la industria de capital emprendedor hacia los sectores de nuestra economía antes mencionados, lo cual impide que los impactos favorables trasciendan. Es así como ésta industria que ha hecho una relativa reciente aparición en nuestro medio, muestra que los sectores donde están focalizando sus inversiones son los típicos descritos, en contravía de sus aptitudes.

Al repasar la experiencia internacional de la industria de capital emprendedor es claro que su vocación y mayor impacto se encuentra en las empresas de base tecnológica, ver Estados Unidos y Singapur, sin embargo acá se quedan sin dónde invertir en ese frente. Ojalá que la próxima entrada del gremio que representa esta industria, encuentre los argumentos y medios para permitir éste vital despliegue.