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ANALISTAS

Apartheid, Brexit y Paz

martes, 27 de septiembre de 2016
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La globalización cada vez más interconectada e interdependiente como la de ahora, implica considerar esa dinámica visible en la participación de múltiples países así como la opinión de diferentes nacionalidades, en la construcción de los designios de muchos pueblos y estados, donde el principio de la no injerencia en asuntos internos, pasa a tener un rol secundario en aras de mejoras mundiales.

Un ejemplo de eso se refleja en la participación internacional sobre lo acordado en La Habana, que conllevó a que la comunidad global recibiera con beneplácito y entusiasmo el posible logro de la anhelada Paz, sin haber analizado y reparado a fondo el alcance e implicaciones de lo que realmente piensan y hacen las Farc, y sobre todo, de lo que probablemente sucederá en el corto, mediano y largo plazo.

Al respecto asistí la semana pasada a una charla organizada por la Cámara de Comercio de Cali, con John Carlin autor británico del libro “El Factor Humano”, que narra biográficamente como el líder pacifista Nelson Mandela puso fin a más de 50 años de guerra y odio racial en Suráfrica; quien expresó su ferviente apoyo a los acuerdos de La Habana y calificó de apátridas a quienes no lo hagan.

El interrogante que me surgió luego de la exposición sobre la superación del apartheid es si: ¿Podemos realmente creer en lo acordado en La Habana, si día a día vemos una gran “desconfianza” entre las partes, con el agravante que adolecemos de un liderazgo carismático y verdaderamente honesto, que sirva para cohesionar al país divido y polarizado como lo fue en su momento Mandela?

Entre las lecciones del caso surafricano ignoradas por Carlin, debemos tener presente que las solicitudes y recomendaciones realizadas por la Comisión de la Verdad de ese país, fueron mayoritariamente ignoradas, lo cual fue seguido por la cultura de la venganza y el desquite. Otros errores de la justicia impartida fueron; falsos testigos, faltas al debido proceso y victimarios presentados como víctimas.

Un tema pasado por alto que repercute directamente a los europeos se relaciona con la pregunta: ¿Cómo influenciará el posconflicto al narcotráfico si el área sembrada de coca pasó de 48.000 a 96.000 hectáreas de 2013 a 2015 según la DEA, fortaleciendo el corredor de crimen transnacional a través de Venezuela y algunos países de África septentrional y subsahariana declarados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) como narco-estados?

Una de los comentarios que llamó mi atención dentro de lo expresado por Carlin fue su desconcierto sobre la decisión tomada por sus connacionales acerca del Brexit, que llegó a interpretar como la posible causante de una futura guerra en su país por las consecuencias que este tendrá, lo cual parece desproporcionado pese a lo inconveniente que pueda resultar para su país.

Por supuesto nos enfrentamos a decisiones que resultan cada vez más paradójicas y contradictorias, lo cual sucederá en nuestro caso gane el sí o el no en el plebiscito en curso, sin embargo en cualquiera de los dos casos de algo estoy seguro, nos enfrentamos a unas circunstancias que exigirán más deberes ciudadanos en los cuales debemos unirnos para impedir más desafueros.

Por lo anterior y en la convicción que afrontaremos circunstancias muy complejas independiente del resultado del plebiscito, llamo a comprometernos con acciones que afiancen la lucha frontal contra el crimen y la corrupción que hacen metástasis en nuestra sociedad.

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