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Uno de los actos centrales de la celebración del día de la Unión Europea se dio –pese a Avianca–, en la Universidad del Cauca. Se trató de un conversatorio entre 4 embajadores y un encargado de negocios (Unión Europea, Suecia, Polonia, Portugal y Países Bajos) que tuve el honor de moderar.
De manera más fortuita que planeada este conversatorio empezó entre bambalinas, dentro de un bus en el que tres de ellos y otros representantes de Estados miembros de la UE, recorrimos forzados la ruta Cali–Popayán, luego de que el avión de Avianca no aterrizó en la Ciudad Blanca sino en Cali por mal tiempo. Como la compañía aérea –después de repostar– decidió que el clima no mejoraría, y que su avión le era más funcional a sus intereses en Bogotá, iniciamos nuestro periplo por la carretera Panamericana, que fue más agradable de lo que imaginamos, y ¡con buen tiempo!
Así, el conversatorio sobre la Unión Europea ayer y hoy; 60 años de recorrido hacia la inclusión, se empezó a construir con la lógica de ponderación y equilibrio que en más de seis décadas ha caracterizado a la UE. Los panelistas fueron 5, representando un país del norte (Suecia), otro del sur (Portugal), uno del centro-este (Polonia), un Estado fundador (Países Bajos) y, por supuesto, la propia UE. Dos preguntas orientaron la discusión: la primera, sobre la vigencia de los principios de democracia, solidaridad, libertad, igualdad, bienestar y desarrollo sostenible. La segunda, sobre un déficit común –que tantas veces hemos citado– la política migratoria.
Sobre la primera, coincidieron en que estos principios son sinónimos de la historia de la Unión. El representante de Países Bajos hizo énfasis en que estos principios fortalecieron los sistemas sociales nacionales y englobaron un mercado de 500 millones de habitantes y 25 millones de empresas; la embajadora de Suecia destacó que la construcción europea es un ejemplo para sí misma y para sus miembros de superar crisis de manera consensuada, la temprana adhesión de Dinamarca desafió la integración entre 5 países nórdicos y –mucho más tarde– la adopción del euro por unos y no por otros, son un ejemplo en este sentido.
El embajador de Portugal evocó que los principios de la UE favorecieron el proceso democratizador del sur de Europa, en el caso del país luso –en democracia y como miembro de la UE– les permitió cambiar la realidad de la desigualdad pasando de un PIB per cápita de 2,700 a 21,000 dólares. La embajadora de Polonia recordó que en menos de 10 años su país –gracias a los fondos estructurales y libertades de Europa–, alcanzó una infraestructura que brinda competitividad en los mercados, además de favorecer la circulación de trabajadores y el intercambio estudiantil. La embajadora de la UE resumió la vigencia de los principios al enfatizar que estamos frente a una unión en la diversidad de 28 países, con 24 lenguas oficiales.
Respecto de por qué les cuesta avanzar en una política migratoria común que permita superar los desafíos al estado de bienestar, libre circulación de personas, refugiados, populismos, terrorismo, etc., tenían percepciones diferentes, pero coincidían en que las distintas visiones de la soberanía conspiran frente a este propósito.
Por supuesto –muchos de los mismos y otros más– salimos de Popayán rumbo a Bogotá de la misma manera que llegamos. Gracias Avianca.