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Analistas 08/12/2017

Gremios, sectores y políticos

Edgar Papamija
Analista

Es preocupante lo que ocurre de cara a los procesos electorales que se avecinan, y que definirán el rumbo del país en los próximos años. Como no hay partidos ni ideologías el debate se reduce a señalamientos y descalificaciones disfrazadas de posverdad. Ante la ausencia de propuestas cada sector se atrinchera y defiende sus intereses. Cecilia López denuncia en un artículo de prensa, so peligro de ser señalada de “castro chavista”, el poder de dos sectores intocables: los políticos y los terratenientes, capaces de burlarse de una sociedad que los ve anquilosados, feudales, anclados en el pasado, insensibles a los reclamos de justicia y desafiantes a la hora de enfrentar los cambios inaplazables que el país reclama. El boyante sector financiero transita el mismo sendero. No asume mínimos riesgos, pese a la política del Banco de la República que redujo la tasa de referencia a niveles impensables hace algún tiempo.

Afortunadamente el Consejo Gremial sale a generar un debate constructivo. Bien que los gremios asuman un liderazgo y constituyan la reserva que el país necesita para poner sobre la mesa la discusión de los grandes problemas nacionales que no pertenecen a la agenda de quienes aspiran, por razones prosaicas y viscerales, con métodos perversos, en la mayoría de los casos, llegar al Congreso de la República.

Los temas están plenamente identificados: salud, educación, pensiones, competitividad, uso de la tierra, equilibrio fiscal y la anhelada lucha contra la corrupción que ha dejado de ser un punto de la agenda para convertirse en una cruzada nacional.

Las deficiencias en la salud y en la educación, están identificadas y aplicar soluciones es cuestión de voluntad política. En pensiones no puede aplazarse indefinidamente el recorte a los subsidios de las pensiones altas. Esa minoría privilegiada está succionando la tercera parte de los recursos ordinarios del presupuesto nacional, mientras los Fondos Privados hacen toda clase de malabares para ocultar un negocio que paga pocos pensionados y beneficia al sector financiero que administra recursos de quienes nunca se pensionarán. La palabra la tiene el próximo Gobierno. En materia de tierras no es mucho lo que podamos esperar, mientras los terratenientes de este país sigan teniendo una numerosa representación en el Congreso. Ojalá no llegue tarde la reforma agraria frente a la movilización social de 30% de los colombianos que viven en el campo en la pobreza y en la miseria.

En impuestos, el país no puede dejarse engatusar por los que prometen recortar impuestos. El reto pasa por combatir la evasión y recortar las exenciones que tanto daño le hacen al sistema, teniendo presente que es fácil atentar contra el equilibrio fiscal, pero muy costoso recuperarlo si se actúa irresponsablemente en esta materia.

En competitividad, estamos estancados. El Foro Económico Mundial sobre Competitividad nos ubica en el puesto 66 entre 137 países y en el quinto en Latinoamérica por debajo de México, Chile, Panamá y Costa Rica. En casi todas las variables que el informe analiza, descendemos o permanecemos estancados, con excepción de salud y educación primaria donde tuvimos leves mejorías. Lamentable saber que las mediciones internacionales nos rajan y contradicen el optimismo del Minhacienda que se limita a registrar hechos cumplidos.

En conclusión, el debate sobre los problemas del país es asunto de los candidatos a la Presidencia, de los medios, los gremios y los ciudadanos. La clase política tiene otras preocupaciones.

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