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La reactivación económica y el fortalecimiento del sistema de salud pública encabezan la lista de prioridades en las que los departamentos, en equipo con el Gobierno Nacional, enfocarán sus mayores esfuerzos durante 2021, pues será un año que llevará el sello de la recuperación del aparato productivo de nuestro país.
Comparto la idea del presidente Iván Duque Márquez según la cual, más allá de una reforma tributaria, el país requiere ajustes de carácter fiscal que garanticen una distribución de recursos en beneficio de los sectores más vulnerables. Ese enfoque está a tono con las necesidades de las finanzas territoriales afectadas por las circunstancias vividas en 2020, que cambiaron e impactaron drásticamente la capacidad de los departamentos de responder a sus obligaciones y competencias.
Los mecanismos de emergencia adoptados han surtido efectos que ya se hacen visibles. Las reformas estructurales que se sumarán ahora, en el caso de las regiones, les permitirá hacer un destacado aporte para alcanzar la meta de un crecimiento del 5%.
La reciente reforma al Sistema General de Regalías, cuyo terreno de aplicación ha sido apalancado también por la Federación Nacional de Departamentos a través de la estrategia El 2021 vale por dos -fundamento de un renovado modelo de planeación de recursos; la adopción de una nueva Ley Orgánica de Régimen Departamental y la aplicación de las recomendaciones sustanciales de la Misión de Descentralización- serán herramientas fundamentales para moldear un mejor futuro.
Es claro que la lista de prioridades está encabezada, en calidad de compromiso indelegable, por la utilización racional de los recursos asociados al mecanismo Covax para que podamos darles cabal cumplimiento a las metas de vacunación contra el virus que tanto daño nos ha causado.
Las regiones, en general, y los departamentos, en particular, ya están trabajando en programas de fortalecimiento de sus secretarías de Salud y de sus redes hospitalarias para asegurar la cobertura prevista en los planes del Gobierno. Es preciso comenzar cuanto antes, en la medida de las posibilidades, con la inmunización del personal que está en primera línea de batalla contra la pandemia y los adultos mayores y así cumplir las metas señaladas para cada segmento de la población.
Las gobernaciones, a través de sus secretarías de Salud, han venido prestando un formidable apoyo a la socialización y capacitación relacionada con la estrategia PRASS. Con el apoyo de la FND han alcanzado importantes avances en la interoperabilidad de la historia clínica electrónica, la propia vacunación en los departamentos y el avance en la aplicación de la Acuerdo de Punto Final en los territorios en relación con sus aportes al proyecto de ley de reforma al Sistema de Salud.
En la medida en que siga evolucionando favorablemente la situación fiscal, es preciso agilizar la transferencia de los recursos necesarios para la salud pública en las regiones. Así, conviene darle mayor celeridad al Acuerdo de Punto Final para el saneamiento de la deuda del sector. Es justo reconocer que, aún en la cresta más alta de la crisis que hemos afrontado, ya fueron desembolsados $1,51 billones con ese objetivo. Será oportuno y más que nunca necesario el propósito de lograr el giro completo de los $6 billones previstos por la ley.
En términos de decentralización, el nuevo año nos abrirá nuevas oportunidades para potenciar los procesos de descentralización y autonomía, a partir de la aplicación de la Ley de Regiones. Con la consolidación de la Regiones Administrativas y de Planificación (RAP) se han ido generando espacios para que los departamentos compartan información, experiencias y hagan causa común alrededor de proyectos de desarrollo económico de largo aliento.
Debemos seguir siendo realistas, pero tenemos fundadas razones para ser optimistas frente a este 2021 que nos saluda con vientos de esperanza, renovación y recuperación.