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Analistas 05/10/2019

El ‘nuevo’ mercadólogo

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

La dinámica de los mercados, y del mercadeo como la actividad que los genera y mantiene, parece ser cada día más acelerada por los grandes cambios que el mundo ha tenido en todos los campos, lo que lleva a ajustar las características que la gente de mercadeo debe reunir.

La necesidad de interdisciplinariedad en todas las áreas organizacionales se hace cada vez más intensa, pero con mayor insistencia en el área del marketing, como corroborando lo que expresaba Peter Drucker cuando afirmaba que “una empresa tiene dos, y solo dos, funciones básicas: marketing e innovación…, porque el propósito de ella es crear y mantener un cliente (mercado)”, lo que podríamos complementar con otra expresión de muchas del gurú, para comentar las adiciones al perfil: “lo más importante en la comunicación es escuchar lo que no se dice”, sobre todo en mercadeo.

Además de ser paciente, con mente abierta y analítica, estratega, consejero, visionario, humanista, orador, comunicador, relacionista, planificador, etc., hoy se requiere que quien esté en la dirección de las actividades mercadológicas de cualquier organización, pública o privada, con o sin ánimo de lucro, religiosa, gubernamental o la que sea, reúna características de etnógrafo, sea experto en empatía y casi que adivinador, pues la revolución de los últimos años con la influencia del mundo digital y las nuevas herramientas tecnológicas no lo hace fácil y requiere tiempo de preparación y ajuste organizacional para asumir más y, si se quiere, nuevas responsabilidades.

Siendo cada vez más necesaria la interdisciplinariedad, los perfiles de la gente de mercadeo deberán reunir características claras como ser gestores de empatía y ánimo, pues como se ha dicho desde hace algunos años, el cliente es más participativo en las acciones de la organización y el llamado vínculo emocional se necesita con mucha fuerza en el proceso logístico, lo que implica conexiones emocionales; además, como indican los análisis, la competencia basada en precios ya comienza a ser “despreciada”.

El neuromarketing será más aplicado para comprender cada vez más al cliente y poder anticiparse a las tendencias, o sea generar las que serán aceptadas y seguidas por los mercados; poseedores de un sentido adicional, sexto o séptimo, como se quiera, es decir, personas capaces de predecir tendencias y modas antes de que aparezcan, para lo cual la denominada inteligencia artificial será una herramienta fundamental.

El consultor americano, de origen ucraniano, Adrian Slywotzky, escribió en 2001 uno de los libros más espectaculares de marketing: ‘Demanda’, en el cual explica cómo generar clientes para la oferta que cada organización hace, y luego, en 2004 escribió ‘Crecer cuando los mercados no crecen’, anticipándose a lo que hoy parece ser una realidad.

La etnografía de datos será una actividad fundamental del mercadólogo; la cantidad de información que se recopila actualmente exige análisis cada vez más etnográfico con el fin de leer adecuadamente los comportamientos.

Otras características podrá y deberá reunir la persona de mercadeo, pero como hemos afirmado e insistiremos, la que ha sido, es y será la más importante y necesaria: humanismo, pues el mercadeo se desarrolla con y para personas y por eso debe tener siempre presente y como centro al ser humano, recordando que el marketing es la entrega de un nivel de vida.

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