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Analistas 23/03/2022

Libertad económica en declive

Camilo Guzmán
Director ejecutivo de Libertank
Camilo Guzman

Hace unos días fue publicado por la Heritage Foundation el índice anual de libertad económica para el 2022. En él se miden 12 indicadores, divididos en cuatro categorías: estado de derecho, tamaño de Estado, eficiencia regulatoria y libertad de mercado. Los países son divididos en cinco categorías: libres, mayoritariamente libres, moderadamente libres, mayoritariamente no libres, y represados. Existe una relación entre quienes están en las primeras categorías y mayor crecimiento económico, mejor democracia, menos pobreza y más cuidan el medio ambiente.

Colombia tuvo este año un puntaje de 65,1 sobre 100, y es considerado como un país moderadamente libre, esto último ha sido casi constante desde 1995 cuando se inició a medir este índice. No obstante tuvimos una leve mejora en los años 2014, 2015 y 2016, la mayor parte del tiempo hemos estado en la categoría de los países mediocres.

Los últimos años no han sido buenos en materia de libertad económica. Cuando el presidente Duque se posesionó el puntaje en este índice era de 68,9, este año cayó a 65. Entre 2021 y 2022 pasamos del puesto 49 al puesto 60 en el mundo, y del 6 al 12 en la región. Tener menos libertad económica significa tener menores empresas, menos generación de riqueza, menos oportunidades y menores posibilidades para sacar personas de la pobreza y construir una mejor sociedad.

A Colombia le va muy mal en la categoría de “estado de derecho”, el donde el menor puntaje lo tenemos en el indicador de integridad del gobierno, seguido por el que mide los derechos de propiedad. Nos va mal en materia de tamaño del Estado, con un puntaje muy bajo en salud fiscal, seguido por gasto público. Nos va regular en materia de eficiencia regulatoria, con un mal puntaje en libertad laboral y libertad para hacer negocios. Por último, nos va bien mercados abiertos, con buenos puntajes en libertad para invertir. En cada uno de estos puntos hay problemas estructurales que deben ser solucionados a la mayor brevedad si queremos tener una economía solida que genere oportunidades y saque personas de la pobreza masivamente.

El panorama futuro no es nada prometedor, el debate político presidencial está dividido en dos grupos. Por un lado, están quienes pretenden destruir la mediocre libertad económica y se sueñan con que nuestro país pase rápidamente a la categoría de represados. Por otro lado, están los que defienden la empresa privada y creen en la generación de riqueza como fórmula para construir un mejor país. A pesar de esto, la libertad económica ha estado ausente del debate presidencial, no hay hasta el momento propuestas concretas para protegerla y aumentarla, mucho menos para solucionar los problemas estructurales en materia tributaria, de gasto público, y laboral que nos hacen disminuir cada año. Mantener el estado actual y evadir las reformas llevarían a Colombia a seguir disminuyendo en este índice, pero de manera incremental.

Hoy vemos como común denominador propuestas como: aumentar el tamaño del Estado y el gasto público social, ponerle apellido “gratis” a todos los anuncios que traen votos, hablar de controles de precios, aumentar aranceles, subir impuestos, entre otras. Al ser implementada cada una de estas propuestas lo único que tendremos es menos libertad económica y más pobreza.

La libre empresa no se defiende con discursos, requiere acciones y son urgentes.

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