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Analistas 03/07/2020

Reapertura económica ayudó a mitigar el impacto en el empleo

Mauricio Santa María
Presidente de Anif

Como era de esperarse, la Tasa de Desempleo (TD) en mayo de 2020 reflejó la compleja situación del mercado laboral que existe en la economía colombiana, a causa de la coyuntura del SARS-CoV-2. Las cifras que publicó el Dane mostraron nuevamente un deterioro de la TD al ubicarse en 21,4%, 10,8 puntos porcentuales (pp) superior al 10,5% observado en mayo de 2019 y la más alta para cualquier mes de mayo desde que se tienen cifras comparables (2001).

También reportó que la pérdida de empleos fue de 4,9 millones (cifra inferior a los 5,4 millones de abril). Esto significa que, entre esos dos meses, los hogares dejaron de recibir cerca de $10,5 billones de ingresos laborales (1% del PIB), teniendo en cuenta que el ingreso laboral mensual promedio en Colombia es de $1.068.000).

Bajo este contexto, revisamos en detalle los resultados del mercado laboral. Como veremos, las cifras de mayo resultan desastrosas y reflejan el elevado costo que han asumido los hogares a causa del aislamiento obligatorio. Sin embargo, también es clave resaltar que, respecto a lo observado en abril, se evidencia un menor deterioro en los ocupados, como resultado de la reactivación económica paulatina que inició a finales de ese mes. Esto muestra la importancia de seguir avanzando en la apertura gradual. Solo así se evitará una mayor destrucción de puestos de trabajo.

Principales resultados
La TD fue de 21,4% en mayo, esto equivale a 4,7 millones de personas desocupadas (vs. 2,6 millones un año atrás). A nivel urbano, el deterioro fue aún mayor, con una TD de 24,5% en las 13 principales ciudades (vs. 11,2% en 2019), que concentran 46% de la Población Económicamente Activa (PEA). Con esto, el promedio de la TD en los últimos 12 meses se ubica en 12,4% (vs. 10,1% un año atrás) y 13,3% en las áreas urbanas (vs. 11,1%), ver Gráfico 1.

Lo anterior es consistente con una disminución de la población ocupada que se ubicó en 17,3 millones de personas en mayo (una caída de 22% anual), lo que equivale a la pérdida de 4,9 millones de empleos frente a 2019. De esta manera, la Tasa de Ocupación (TO) se redujo a 43,4% (13pp menor al registro de un año atrás).

A nivel sectorial, se observa cómo las actividades que mostraron mayores pérdidas de empleo fueron: (i) comercio (910.000); (ii) industria (716.000), consistente con la caída de la producción manufacturera; (iii) servicios sociales (687.000), que paradójicamente incluye los sectores salud y educación, los cuales se vieron afectados por el aislamiento (por ejemplo, los protocolos de los servicios odontológicos y de algunas Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud-IPS solo fueron emitidos a mediados de mayo); (iv) agricultura (569.000), pese a que el empleo aumentó en los jornaleros; (v) entretenimiento (541.000), por cuenta de la cancelación de múltiples eventos y el cierre de establecimientos; (vi) construcción (463.000), dada la menor dinámica de las edificaciones, y (vii) alojamiento y comida (410.000), por el impacto sobre el sector de turismo y las restricciones para asistir a los lugares con aglomeración de personas como los restaurantes. Como se puede ver, desafortunadamente, la destrucción de empleos fue generalizada.

Ahora, al analizar los resultados por posición ocupacional, encontramos que las mayores pérdidas de empleo se dieron en trabajadores asalariados (2.375.000) y que, en su gran mayoría, son empleados formales. Este resultado fue similar a lo observado en abril. Igualmente, preocupa la reducción en los trabajadores por cuenta propia (1.875.000), pues representan 43% del total de ocupados y, usualmente, son los más vulnerables debido a que no cuentan con seguros de desempleo u otro tipo de protección.

Por disponibilidad de información, los resultados desagregados por ciudades solo permiten analizar las cifras del trimestre móvil marzo-mayo. De acuerdo con esto, en términos absolutos, las ciudades con las mayores pérdidas de empleo fueron Bogotá (890.000), Cali (306.000) y Medellín (297.000). Mientras que, en términos relativos, las mayores caídas se observaron en Ibagué (28%), Pereira (26%) y Cali (24%).

Señales de menor deterioro
Un hecho que vale la pena destacar es que el nivel de ocupados de mayo (17,3 millones) es superior al resultado de abril (16,5 millones). También destacamos que hubo una caída en la población inactiva. Así, la TO subió a 43,4% en mayo (+1,8pp frente al 41,6% del mes anterior) y la Tasa Global de Participación lo hizo a 55,2% (+3,3pp frente al mínimo histórico de abril).

Esto indica que el retorno paulatino de las actividades sí tuvo un efecto directo en el empleo que ayudó a contener la destrucción de puestos de trabajo. Por eso, es muy importante continuar con el retorno gradual de los sectores que aún no tienen autorización. Consideramos que: (i) la estrategia de aislamiento estricto como medida de contención del virus, a estas alturas, ya es obsoleta; y (ii) debemos mantener el plan de reapertura, con el cumplimiento de protocolos.

Conclusión
Los resultados del mercado laboral de mayo mostraron nuevamente la magnitud del impacto del virus, al registrarse un nuevo máximo de la TD (21,4%). La pérdida acumulada de ingreso laboral de los hogares entre marzo y mayo superó 1% del PIB, lo cual indica que indudablemente el costo del aislamiento ha sido excesivo. Aunque este es un dato muy malo, cabe destacar que hubo menor pérdida de empleos como resultado del reinicio de las actividades en algunos sectores.

Así las cosas, una estrategia para contener el virus, basada en nuevos períodos de aislamiento no es sostenible. Por el contrario, se debe continuar con la reactivación incluyendo restaurantes y transporte terrestre y aéreo.

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