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Analistas 21/11/2012

Desarticulando el abismo fiscal de EE.UU.

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Securities
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Los votantes de EE.UU. enviaron hace unas semanas el mensaje de que preferían una visión de país de centro izquierda. Por lo tanto, Barack Obama será presidente hasta 2016. Entre otras cosas, y así lo reconocieron los Republicanos, el país votó por una plataforma política de impuestos más elevados, más redistribución inmediata del ingreso, y mayor regulación, sobre todo a nivel del sector financiero.

Ahora, el presidente Obama hereda un problema plurianual que no tiene nada que ver con ideología: el famoso abismo fiscal y los problemas de sostenibilidad intertemporal del gasto público. Valga decir que si el Presidente hubiera sido Mitt Romney, el reto fiscal hubiera sido exactamente el mismo. Seamos claros: EE.UU. no es inmune a una de las evoluciones más importantes de la humanidad durante las últimas décadas. Es más, puedo argumentar que EE.UU. es la principal razón por la cual el mundo desarrollado tiene hoy en día tantos problemas fiscales.

Me refiero a que si no hubiera sido por la máquina de innovación que es la economía de Estados Unidos, quizás nunca se hubieran logrado los éxitos médicos tan impresionantes que se han visto en las últimas décadas, éxitos que han incrementado la expectativa promedio de vida en el mundo desarrollado a niveles cercanos, o superiores, a los 80 años. Este logro es una gran noticia para los seres humanos, pues estamos viviendo más tiempo, pero esa gran noticia individual es una tragedia fiscal que está poniendo en riesgo la estabilidad del estado bienestar.

Las cifras no mienten. Según un estudio que hizo sobre el abismo fiscal el jefe de investigación del banco privado de JP Morgan, Michael Cembalest, si no se toman las decisiones estructurales necesarias en el cortísimo plazo para arreglar la situación fiscal de EE.UU., para 2017 el presupuesto nacional solo tendrá la opción de invertir 33% de lo que invertía en su nivel más alto en la producción de infraestructura energética (mejor dicho, 67% menos), 69% de lo que gastaba en educación, 4% en infraestructura vial y 9% en infraestructura aeroportuaria. Como si no fuera suficiente esta catástrofe, según un reciente estudio que publicamos en Bulltick, basándonos en los números del “Congressional Budget Office”, para 2025 el gobierno Federal estará utilizando 100% de su ingreso fiscal (18-19% del PIB) para pagar solo tres cosas: Medicare (sistema de salud), deuda pública (intereses), y la seguridad social (pensiones). Mejor dicho, si no se implementan correctivos rápidamente, para 2025 el gobierno de EE.UU. no tendrá dinero para pagarle el salario a los profesores.  

La buena noticia es que la situación fiscal futura es tan dramática que estoy convencido de que, por fin, las autoridades van a lograr llegar a un acuerdo que ayude a corregir por lo menos una parte material de este futuro accidente fiscal. Considero que el problema fiscal de EE.UU. no es un problema de ingresos (pocos impuestos), sino un problema de exceso de gasto futuro que está basado en unos sistemas de seguridad social que nunca tuvieron en cuenta las mejoras futuras en la expectativa de vida. Pero como en este mundo manda la política --y no los números-- pareciera imposible pronosticar que el problema fiscal de EE.UU. se va arreglar con solo ajuste de gasto. Por lo tanto, en Bulltick esperamos que parte del arreglo fiscal de EE.UU. se verá por el lado de más ingresos, del orden de US$1,000 millardos (repartidos en 10 años). Por el lado del gasto, lo más probable es que el gobierno decidirá congelar el gasto discrecional y el gasto en defensa, y que se incrementará la edad de elegibilidad a Medicare (gasto médico) de 65 años a 67 años. Si se logra ese consenso, EE.UU. podrá respirar un poco más tranquilo, al menos por un par de años más. Si no se logra el acuerdo, pues, como dicen popularmente, “sálvese quien pueda.”

Nota: Se acercan relevos en la Junta del Banco de la República. Que mejor idea que incluir sangre nueva y extremadamente bien calificada en la Junta de la mano de Andrés Pardo, el director de Investigación de Corficolombiana?          

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