Uniremington cumple 100 años con 23.000 estudiantes y 35 programas

¿Cómo fue esa revolución cultural pacífica que emprendió su padre, Gustavo Vásquez Betancourt?
Siempre a través de la educación se hacen las revoluciones. Él utilizó lo que en ese tiempo era la tecnología de punta: la máquina de escribir. Por esas cosas del destino representaba a la marca Remington Rand. Para vender los equipos se daban unas horas de clase.  Él fue creciendo un currículo básico comercial, porque no había legislación que fue en mecanografía, taquigrafía, correspondencia y redacción y contabilidad. Y las que más aprovecharon fueron las mujeres, que en esos años estaban dedicadas solo a servirles a los maridos y a tener hijos. Fue una inclusión de género que igualó el mercado laboral.

¿Cómo inició ese proceso integrador de apoyo en capacitación a personas de escasos recursos que hoy sigue vigente?
En 1915 la situación de pobreza era muy distinta a la que se vive hoy. La Remington se caracterizó siempre de que su mayor porcentaje de alumnos es de estratos medios. Somos incluyentes. Acá viene a estudiar el que quiera. Acá no hay referidos ni recomendados. Para nosotros todos somos iguales.

¿Cómo es el modelo de educación a distancia de Uniremington?
Nosotros arrancamos en 2000 con un modelo de educación a distancia. En el país ya había un modelo propuesto desde 1983, en el gobierno de Belisario Betancur con la Universidad Abierta y a Distancia. Pero no era masivo. En 10 años, nosotros creamos en Colombia 20.000 cupos en 104 ciudades y 28 departamentos del país. Hoy en muchas universidades lo hacen, pero nosotros fuimos los primeros.

¿Cómo fue el proceso para convertirse, en 1996, en institución universitaria?
Mi padre murió en 1967. Somos 14 hijos. La generación de los mayores lo sucedió en la dirección y después empezamos a incursionar nuevas generaciones formadas profesionalmente. De ahí empezamos a incursionar en la educación superior. Iniciamos un estudio y arrancamos con áreas afines por ciclos académicos terminales. Formamos técnicos administrativos, después tecnólogos en gestión empresarial administrativa y más tarde un administrador de empresas. Y si quiere seguir se especializa en administración Eso es lo que llaman un Proceso Integrado de Administración por Ciclos. Lo implementamos en tres campos: sistemas, administración y contaduría pública. Esa experiencia la tomó el Ministerio de Educación Nacional y la replicó. 

¿Cómo se construyó ese proceso para llegar a tener ocho facultades hoy?
Es una dinámica que va muy ligada al talante de los directivos que estamos trabajando. A través de las necesidades sociales incursionamos, por ejemplo, en ciencias de la salud. Este salió de  una visita que hice a Cuba y, tras conocer el modelo, volví y trabajamos muy duro para tener nuestra Facultad de Medicina con 350 egresados. Lo mismo en Derecho, en donde tenemos 700 estudiantes permanentes. En Administración de Empresas, igual. Fuimos creciendo en oferta porque el mundo crece y las necesidades de formación de profesionales cambian y tenemos que estar atentos al tema.   

¿A qué le apuestan al adquirir el tradicional edificio del Banco de Colombia en el Parque Berrío?
Nacimos en el centro de Medellín. Siempre hemos sido una universidad urbana. Le apostamos a incrementar los metros cuadrados, porque nos hacía falta. Creemos que le hacemos un gran bien a la ciudad al estar en esta zona de la ciudad, que en su centro tiene una población de 120.000 estudiantes universitarios y de colegio. Tenemos que estar donde está el desarrollo de movilidad.