Apueste por varias alternativas en cuanto a las inversiones de innovación estratégica

Los innovadores que apuestan a paradigmas de innovación “más rápidos, mejores y más baratos” muy frecuentemente terminan desilusionados, al igual que sus clientes.

Cuando veo lo que históricamente ha servido como esquema mental de innovación estratégica, una pregunta es realmente dominante: “¿En quién quieren convertirse nuestros clientes?” Conforme entendamos mejor en quién quieren convertirse nuestros clientes, mejor podremos desarrollar las innovaciones necesarias para llevarlos a ese punto.

Para ver a los clientes como los activos que realmente son, la pregunta de marketing y diseño estratégico debe cambiar de “¿cuál es el valor de la innovación?” a “¿en quién queremos que se conviertan nuestros clientes?”

La innovación no sólo es una inversión en mejora del producto o experiencia del cliente; es una inversión de capital humano, en quién realmente quieren o necesitan convertirse sus clientes. Las compañías exitosas tienen “una visión del futuro del cliente” que importa tanto como la visión de sus productos.

Esta estrategia pone de cabeza las nociones tradicionales del valor de la innovación. La innovación no sólo es una inversión en mejora del producto o experiencia del cliente; es una inversión de capital humano en quién realmente quieren o necesitan convertirse sus clientes. Las compañías exitosas tienen “una visión del futuro del cliente” que importa tanto como la visión de sus productos.

Steve Jobs, Mark Zuckerberg, incluso Michael O’Leary, de Ryanair, quien se hizo famoso por el servicio de baño en los aviones operado con monedas, han meditado cómo es que sus inversiones en innovación harían que sus clientes fueran aún más valiosos.

¿Quiere transformar su esquema mental de innovación?

Empiece pensando cómo es que sus innovaciones propuestas hacen que sus clientes sean más valiosos. Pregúntese si sus innovaciones son inversiones a futuro en sus clientes. De no ser así, tal vez no sean buenas inversiones.