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  • Paulo Andrés Durán G.

viernes, 27 de mayo de 2016

A su turno, el principal gladiador, el presidente de la República, Juan Manuel Santos defendió a capa y espada el plebiscito, pues para él, es el mecanismo idóneo para que el pueblo determine con su voto si los acuerdos de paz deben convertirse en una política de Estado. “Se trata de un procedimiento mucho mejor que el referendo pues este es una figura absolutamente impracticable frente a un acuerdo de semejante tamaño, o que una asamblea constituyente que daría un escenario donde se abrirían nuevamente las negociaciones, con resultados inciertos, pues lo acordado no se puede fraccionar para su aprobación”, dijo Santos.

Y manifestó que como nada se podrá implementar sin refrendación, el plebiscito cumple con el doble propósito de legitimar los acuerdos, y de perfilar la implementación estable y duradera.

Cuando le llegó el momento, al jefe negociador de La Habana, Humberto de la Calle, como representante del Gobierno, dijo que el plebiscito es necesario para poder blindar jurídicamente lo acordado en Cuba por medio del Acuerdo Especial ya pactado entre las partes.

“El plebiscito deberá ser el punto de encuentro de la Nación colombiana en torno a uno de sus temas cruciales. Debe ser el ágora en la que se decida el camino que tendremos que recorrer como comunidad nacional. De la divergencia a la unidad. No tenemos otro camino”, expresó de la Calle.

A lo largo de la lucha, el plebiscito obtuvo el apoyo de figuras e instituciones importantes como el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, del Defensor del Pueblo encargado, Alfonso Cajiao y del presidente del Consejo de Estado, Danilo Rojas Betancourth.

Este último, detalló que el plebiscito, además de ser constitucional, es el más importante de Colombia. “Por eso, el margen de configuración tiene que ser más amplio y extenso y en consecuencia mucho más modesto”, dijo Rojas, para que lo acordado en La Habana se pueda incluir en el bloque constitucional. Y agregó, que el acto legislativo le da una especificidad al marco constitucional que cambia la forma en que la Corte Constitucional debe examinar este tipo de leyes.

Los gladiadores del no
El umbral y su carácter vinculante del plebiscito fueron las principales razones expuestas por los abanderados al no plebiscito. Martha Isabel Castañeda, viceprocuradora dijo que el plebiscito como está regulado en el proyecto de ley estatutaria no resulta idóneo “el cambio del umbral necesario para refrendar los acuerdos es una medida que no garantiza ni legitima democráticamente lo que se acuerde pues solo una porción pequeña del pueblo tendría la capacidad de darle legitimidad a lo acordado”. 

Y Jorge Fernando Perdomo, fiscal encargado, le solicitó a la entidad que tumbe el plebiscito por estimar que la paz no necesitar ser refrendada “y porque modifica la figura tal y como se entiende”, concluyó.

La Corte Constitucional ahora deberá decidir si declara exequible el plebiscito o si por el contrario deberá buscarse otro mecanismo de refrendación. 

Las opiniones

Rodrigo Uprimny
Especialista en derecho constitucional

“El plebiscito es un mecanismo robusto que combina democracia participativa con el pronunciamiento ciudadano, que da garantías jurídicas llevando al bloque de constitucionalidad el acuerdo de paz”.

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