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EDITORIAL

Una visión amplia para estimular el crecimiento

jueves, 6 de octubre de 2016
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El Fondo Monetario Internacional acaba de reiterar su llamado de atención a los gobiernos de los países desarrollados para que se adopten políticas que garanticen un crecimiento económico sostenido.

El Fondo Monetario Internacional acaba de reiterar su llamado de atención a los gobiernos de los países desarrollados para que se adopten políticas que garanticen un crecimiento económico sostenido, pues lo hecho hasta ahora no basta ni es suficiente para apuntalar la recuperación que ha sido muy baja luego de la crisis financiera de 2008. Las recesión de Rusia y Brasil ha sido más profunda de lo esperado, la revaluación del dólar le ha quitado dinámica al crecimiento de EE.UU., China ha frenado su desempeño y, por el contrario, muestra señales de un problema financiero que puede contagiar al resto del mundo y a la zona del euro tiene elementos perturbadores en lo político que frenan la inversión y la protesta social se hace cada vez más evidente. La decisión de Gran Bretaña de no seguir en el bloque de la UE y la miopía de los partidos políticos en España son ejemplos de lo que está pasando en el Viejo Continente.

Desde ya hace varios años, el organismo multilateral ha insistido en la necesidad de que los países que tienen margen para hacerlo utilicen los estímulos fiscales en favor del crecimiento que harían más efectiva la política monetaria expansiva hacia mayores niveles de bienestar para la población. En Europa, por ejemplo, ha planteado más medidas que estimulen el empleo de los jóvenes y en las economías petroleras una mayor diversificación.

Dentro de esa concepción más amplia que tiene ahora al Fondo frente a la ortodoxia extrema del pasado,  ha advertido que la caída de la productividad es uno de los factores que está limitando el repunte pues impide el crecimiento del comercio mundial, considerado un motor clave de impulso. La reacción política ha sido el proteccionismo para satisfacer la presión de grupos muy localizados para ayudar a sus industrias a expensas de la competencia internacional y contra la globalización. La evidencia es contundente. La última proyección de la OMC estima en solo 1,7% el aumento del comercio mundial para este año, por debajo del crecimiento esperado de la economía global calculado en 3%, siendo la primera vez en tres lustros.

El razonamiento del FMI es simple. El comercio induce a las economías a especializarse y a explotar la producción de bienes y servicios en los que pueden tener una ventaja competitiva reforzando la productividad e impulsando el crecimiento. Por eso, el organismo reclama un esfuerzo mayor de los gobiernos, lo cual es una alusión directa a los candidatos que aspiran a la presidencia de EE.UU. y a la reciente decisión del Reino Unido. 

En el mismo orden, el FMI pidió a los gobier-nos mayores incentivos a la innovación y al desarrollo de la empresa privada, argumentando que los resultados de un alza en el presupuesto de esos programas podría empujar una subida muy grande en el crecimiento. A manera de ejemplo, se estima que un aumento de 40% en el gasto de innovación lleva a un crecimiento de 5% en producto.

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