Una silenciosa mega reforma tributaria

El Ministro Cárdenas lleva varias semanas socializando la propuesta de reforma tributaria del Gobierno Nacional. Es una reforma ambiciosa en el sentido de repartir las cargas tributarias de manera diferente pero, si los cálculos del gobierno resultan ciertos, la reforma no generará más recursos para el fisco nacional. Mientras los focos de los editorialistas se centran en una reforma que nos pondrá a pagar lo mismo de forma distinta, circula en el Concejo de Bogotá una propuesta de reforma tributaria que plantea cobrar mucho más que en la actualidad, sin que nadie opine, sin debate público visible. Aquí van un par de puntadas para abrir la discusión, pero queda mucha tela por cortar.

Miremos primero el tamaño de la reforma. A nivel nacional ha hecho carrera una frase que dice que una reforma tributaria vale un billón de pesos; si se busca aumentar recaudo se logra hacerlo por cerca de ese orden de magnitud. Pues bien, la reforma tributaria distrital plantea recaudar recursos frescos durante el próximo cuatrienio a un ritmo de 733 mil millones de pesos anuales. Dado que Bogotá representa cerca de la cuarta parte del PIB nacional y que casi de la cuarta parte de sus ingresos son transferencias, una reforma que recaude esa cantidad de impuestos en la capital es equivalente a una de orden nacional que recaude alrededor de cuatro billones de pesos. ¡Cuatro reformas tributarias según nuestro viejo refrán!

Que sea una mega reforma no quiere decir que sea mala pero ciertamente requiere socialización, retroalimentación, debate. Mientras Cárdenas-que repito no nos va a cobrar más sino de manera diferente-va de foro en foro resolviendo dudas, da entrevistas en todo tipo de medios explicando la filosofía del cambio propuesto, ha publicado varios documentos con aclaraciones y se ha sentado con las bancadas a oír sus comentarios, la mega reforma distrital ha sido silenciosa. Aquí las culpas están repartidas entre los medios y la propia Alcaldía.

Y sobre el contenido: el grueso de la reforma modifica el impuesto predial y el ICA. Dado lo limitado del espacio, me centro en el impuesto predial residencial pero como dije queda tela por cortar. La lógica de la reforma es atar la tarifa impositiva al valor del predio y no al estrato. Hoy en día un predio de $500 millones en estrato 1 o 2 paga sólo el 6 por mil de impuesto, mientras que uno de $100 millones en estrato 4 paga una tarifa de 7.5 por mil. La propuesta es que el predial quede atado al precio del bien, no al estrato. Hasta ahí, me gusta.

La pregunta que sigue es qué tarifas aplicar a los predios. La idea es que-con algunas excepciones escudadas por la normatividad nacional vigente-se pague un impuesto predial que arranca en 6 por mil en predios de hasta $76.5 millones y termina en 16 por mil para todos aquellos con avalúos por encima de $217.9 millones de pesos. Cabe anotar que hoy en día los predios con mayor tarifa la tienen en 9.5 por mil, es decir, algunas subirán en casi 70%.

El proyecto defiende las tarifas con el argumento de que en otras ciudades se cobran estos órdenes de magnitud. Sin embargo, Bogotá es de lejos la ciudad que ha avanzado más en su actualización catastral. Cobrar ese tipo de tarifas en una ciudad que se sinceró en los precios de sus predios puede ser excesivo. Para dar un ejemplo, Washington DC, una ciudad célebre por el alto costo de sus propiedades, tiene una tarifa predial residencial de 8.5 por mil.

Y para cerrar: en finanzas, el precio de un activo suele valorarse como el valor presente neto de los recursos que proveerá el mismo. Pues bien, si se sube en 7 por mil la tarifa de un inmueble, el precio de este caerá. Aún con tasas de descuento altas, dicha caída superará el 10%. ¿Le sale negocio a la alcaldía subir las tarifas pero depreciar la base sobre la que se cobran? ¿Catastro de verdad nos va a bajar el autoavalúo para incorporar la nueva realidad impositiva?

Twitter: @mahofste