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sábado, 30 de agosto de 2014

La polémica tiene su origen en una selfie o autorretrato tomado por un mono macaco en Indonesia en el año 2011 con una cámara fotográfica de propiedad del británico David Slater, imagen que fue utilizada en la Internet primero por la agencia Techdirt quienes cuestionan la propiedad de la misma, y luego por el portal Wikipedia. No obstante, el señor Slater al enterarse del uso no autorizado de la imagen, solicitó su retiro inmediato alegando ser propietario.

El asunto de la selfie del mono macaco y el debate legal respecto a si la obra es de autoría y propiedad de Slater o es una obra de dominio público quedó zanjada por la Oficina de Derecho de Autor de los Estados Unidos, a través de un “Compendio de Prácticas” emitido por esta autoridad, donde se señala que cualquier obra creada por un animal, la naturaleza, las plantas, fuerzas divinas o seres sobrenaturales donde no intervenga el ser humano no pueden ser protegidas por esta rama del derecho (Copyright).

“Si la obra no es creada por un ser humano, la misma no puede ser objeto de protección, postulado básico de las normas de derecho de autor norteamericanas” señala la Oficina de Derecho de Autor de ese país. Así que cualquier caso bizarro, incluido el del mono macaco, el elefante pintor o el gato pianista, no hace per se al propietario del animal o de las herramientas empleadas para la creación dueño de los derechos sobre la obra que surja, como tampoco al animal que la produce, lo que permite afirmar que la misma automáticamente queda a disposición de cualquier persona sin limitación alguna, por lo que Wikipedia en ningún momento infringe los derechos de autor del señor Slater.

El caso no ha parado, toda vez que el señor Slater desea llevar esta controversia al Reino Unido para obtener una segunda opinión. Sin embargo, la Oficina de Propiedad Intelectual de ese país comparte la tesis de la Oficina de Derecho de Autor de los Estados Unidos, por lo que las probabilidades de modificar la decisión sobre la autoría de la imagen tomada por el mono macaco a favor de Slater son bajas.

A la luz de la normativa sobre derecho de autor en Colombia el caso de Slater podría tener una final similar al que tuvo en los Estados Unidos, teniendo en cuenta lo señalado por la Decisión Andina 351 de 1993 respecto de quienes pueden ostentar la calidad de autor de una obra literaria o artística. La norma comunitaria define como autor aquella persona física que realiza la creación intelectual (Art. 3). Por su parte, el Código Civil a su vez define a las personas físicas como todos los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición (Art. 74).

Del mismo modo, el Código Civil califica a los animales como cosas corporales o bienes muebles capaces de movilizarse ellos mismos (semovientes), excluyéndolos por completo de la categoría de seres humanos, a pesar de su condición de seres vivos (Art. 655). Además, el Código Civil señala que las producciones del talento o del ingenio son una propiedad de sus autores, es decir de personas físicas (Art. 671). Así las cosas, la respuesta al caso de la selfie del mono macaco bajo la normativa colombiana resulta estar clara, en tanto que los animales no son autores.

Ahora, para atribuir autoría sobre una obra producida por un animal es necesario que el propietario del animal o cualquier otra persona que reivindique derechos de propiedad realice algún esfuerzo intelectual dentro del proceso creativo que incida en el resultado, como por ejemplo tener el control de los movimientos del animal mientras se toma la foto o se pinta el cuadro, de lo contrario no habría autoría, y la obra estaría al dominio público.

Así las cosas, tanto la normativa norteamericana e inglesa (Common Law) como la normativa colombiana (Derecho Continental) coinciden en el mismo punto, es decir que sobre una obra artística realizada por un animal sin intervención humana no es posible otorgar derecho de propiedad, pues afirmar lo contrario resulta tan absurdo e irrisorio como atribuirle el triunfo de una carrera al carro y no al piloto.