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ANALISTAS

Seguridad y eficiencia energética

lunes, 21 de abril de 2014
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Colombia cuenta con un sistema energético sólido y robusto, garantizando la confiabilidad y firmeza en la prestación del servicio de energía a sus usuarios en forma “eficiente, con calidad, continuidad, adaptabilidad, neutralidad, solidaridad y equidad”, como lo prescribe la Ley eléctrica y, lo que es más importante, firmeza. Y esto es fundamental, puesto que de lo contrario la no disponibilidad del servicio de energía o la intermitencia en su prestación se convertiría en un freno del crecimiento de la economía. No se puede afirmar que el país está sobreinstalado en su capacidad de generación, pero sí cuenta con cierta holgura, habida consideración de que la misma supera los 14.500 megavatios, más que suficiente para soportar la demanda pico que puede llegar a superar los 9.000 megavatios. Ello ha sido posible gracias a que contamos con un marco legal y regulatorio excepcional, que se ha convertido en un referente para la región y el mundo por su eficaz funcionamiento.

Ello le ha merecido el reconocimiento de los organismos internacionales y de entidades tan serias como el Foro Económico Mundial (FEM). Según este último, Colombia ocupa el puesto 63 entre 148 países observados, por encima de Chile que ocupa el 65º lugar, Perú el 73º  y México el 81º. Y si hablamos del Índice Global de desempeño de la Arquitectura Energética 2014 del mismo FEM, en él ocupa el séptimo lugar entre 124 países evaluados. A este reconocimiento se suma el de World Energy Council, el cual en su más reciente Informe ubica a Colombia en el quinto lugar entre 129 países en seguridad energética. Es claro que estos resultados no nos pueden llevar a caer en la autocomplacencia y más bien nos deben servir de acicate para seguir fortaleciendo y posicionando el sistema energético colombiano, catalogado con razón como de clase mundial.

La expansión del parque de generación continúa, destacándose los proyectos en curso de Hidroituango, Hidrosogamoso, Quimbo y Gecelca, los cuales sumados añadirán 3.656 megavatios más. Ello ha jugado un papel de la mayor importancia el cargo por confiabilidad, merced al cual se ha hecho posible el emprendimiento y el cierre financiero de tales proyectos. En simultánea, para garantizar que la entrada en operación de tales proyectos cuente con las redes suficientes para evacuar la energía generada y con el propósito de reducir las restricciones en el Sistema Nacional de Transmisión, se están subastando 14 proyectos de redes eléctricas, los cuales contribuirán a su fortalecimiento. 

La fortaleza y el vigor de la arquitectura institucional se han puesto a prueba a lo largo de los 20 años transcurridos desde que fue expedida la Ley eléctrica y la Ley de servicios públicos; Colombia desde entonces no ha vuelto a sufrir los rigores de un racionamiento del servicio eléctrico, como el que motivó la expedición de estas leyes. El síndrome del apagón de los años 1992-1993 ha sido un factor determinante para que la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) haya tomado decisiones tendientes a blindar el sistema contra eventuales contingencias, siendo la mayor de ellas situaciones de hidrología crítica que pudiera poner en riesgo el abastecimiento de la energía. 

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