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miércoles, 11 de mayo de 2016

La meta a corto plazo, para el 2017, es que tengamos una de las mejores infraestructuras aeronáuticas de Latinoamérica. ¿Pero por cuánto tiempo será la mejor? Y, ¿lo que buscamos es que sea la mejor? o ¿que sea sostenible y duradera?

Si bien es cierto existe conciencia acerca de las cifras de crecimiento que tendrá Colombia para el futuro cercano, tanto en transporte doméstico como internacional, y las obras se están haciendo para atender la demanda de transporte aéreo prevista, si es necesario detenerse a pensar en otros factores que deben estar alineados con los temas de infraestructura.

El tiempo de utilidad previsto para estos aeropuertos no puede solamente ser de 10 años tal y como se está planeando. Deben ser planeados para que sean sostenibles a más largos plazos. Para poner un ejemplo de la industria, en los estudios que efectúan la mayoría de fabricantes de aviones sobre necesidades de aeronaves en los mercados, se hacen proyecciones a 20 años o más y se calcula con exactitud cuántas aeronaves se van a necesitar en ese periodo y para cualquier región del mundo. 

¿Por qué no puede hacerse lo mismo en este caso si ya estamos decididos a que mejorar la infraestructura aeronáutica es una necesidad para poder competir? De otra parte, en transporte aéreo no solamente la infraestructura juega un papel importante para poder crecer y ser competitivos. Las políticas de crecimiento en infraestructura deben estar alineadas con la política aerocomercial de Colombia y con las tendencias de apertura globales. 

Si bien la base legal que facilita la apertura a otros mercados son los acuerdos de transporte aéreo que celebra Colombia, debemos pensar en abrir las puertas y abrirnos a otros mercados. Lo anterior, claro está, con el estudio previo de cada mercado y de posibilidades reales de que estemos conectados a través del transporte aéreo. 

Con la política tributaria toda vez que los impuestos y cargos que se cobran a la aviación civil deben ser coherentes con el espíritu de las normas que organizaron la aviación civil internacional, y que propenden exclusivamente por la integración de los países a través del transporte aéreo. Lo que se cobra a una aerolínea internacional debe ser igual a lo que se le cobra a una aerolínea nacional. No debería haber ninguna diferencia. Tasa como la que se viene cobrando al sector del transporte aéreo y que está encaminada al mantenimiento de la Superintendencia de Puertos y Transporte, no deben existir además de que no se revierten en la industria y van en contra de las normas internacionales sobre aviación.

Con la política de comercio exterior dado que todos los acuerdos de libre comercio deben negociarse teniendo en cuenta que los bienes que vamos a intercambiar con otros Estados necesitan en alguna medida del transporte aéreo y de una buena infraestructura que facilite el intercambio por medio de todos los modos de transporte.

En fin, hay muchos factores a tener en cuenta en función de la meta de crecimiento en transporte aéreo y de mejorar la conectividad. Y, estos factores no pueden ser ruedas sueltas pues deben crecer alineados y beneficiar, no solo a los usuarios, sino a todos los sujetos activos que intervienen en el sector del transporte aéreo.