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Analistas 02/09/2014

Revolcón cafetero

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo
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Gran revolcón se espera en todas las instituciones cafeteras y en los instrumentos de política, con motivo de la entrega de las conclusiones de la misión de estudios cafeteros y de la elección de los nuevos delegados al Congreso Cafetero, este fin de semana.

El Gerente en días pasados fustigó a la comisión por la gran demora, y las propuestas filtradas, según su versión de acabar con el Fondo Nacional del Café, los comités y la garantía de compra. Afirmó que son tesis viejas, que no aportan nada al sector, y las consideró como trilladas y retrilladas, según tituló el diario La Patria. Incitó a los miembros de la comisión a “que se pongan las botas, cojan café y entiendan los problemas reales, no solo desde la teoría económica purista”. 

Por su parte el Presidente del Comité Directivo afirmó que “se van a gastar $1.500 millones para un documento basura”. Su trato despectivo al calificar a la misión de “impuesta y desordenada” y en su concepto con la intención de favorecer los exportadores, refleja la actitud adversa a los resultados, especulando sin fundamento. La resistencia a cualquier cambio es natural proviniendo de quien heredó el poder, que por cerca de 70 años ha ostentado su familia, desde Don Pedro Uribe Mejía, verdadero patriarca y líder de la caficultura, famoso por su defensa del libre mercado y el Doctor Hernán Uribe Arango uno de los funcionarios que más le aportó a la institución, por su entrega, trabajo, corrección, inteligencia y visión, en toda la historia. Desafortunadamente la tercera generación, como suele suceder, no tiene la inteligencia de sus antepasados para liderar el cambio y aceptar las nuevas realidades que comportan adaptación al mundo moderno, sin privilegios en un entorno más competitivo.

Estas dos expresiones de quienes hoy son los máximos voceros del Gremio, presagian que el camino va a ser tortuoso; han especulado con supuestas conclusiones como una estrategia electoral, para buscar respaldo a las listas “oficiales”.

No se puede declarar enemigos de la institución a la misión de estudios - por lo tanto al Gobierno - y a todos los cafeteros que piensan diferente, a pesar de ser legítimos federados.

En 2002 se entregó “el libro verde”, se eligió Gerente para la Federación de Cafeteros, se posesionó un nuevo Congreso Cafetero, y se aprobó la conformación inmediata una comisión para reformar los estatutos. 

La nueva misión de estudios, propósito del Presidente Santos, anunciada por primera vez, en Medellín el 27 de junio del 2012 en la celebración de los 85 años de la Federación, seguramente propondrá reformas a fondo en mercadeo, controles al comercio, nuevas variedades, valor agregado, productividad, rentabilidad, costos, formas de producción, formalización de la mano de obra, investigación, sostenibilidad, cambio climático, impuestos, subsidios, café especial, Fondo Nacional del Café, instituciones cafeteras, exportadores privados, entre otros. Son todos ellos temas de análisis profundo, que requieren modernización, adaptación a las nuevas realidades, que no dan espera para cambios graduales.

Casualmente el Presidente Santos, el Ministro de Hacienda y el director de la misión son todos expertos cafeteros, y estoy seguro, tienen el propósito de promover reformas que contribuyan a asegurar un futuro promisorio para la caficultura, así impliquen medidas dolorosas.

Es un momento histórico de cambio, que seguramente se convertirá en un revolcón para todos los que defienden más el pasado que el futuro, por miedo a lo nuevo o por el interés de conservar el actual estado de cosas, sin importar la suerte del café y de los caficultores. Se requiere mucho liderazgo de la dirigencia, actitud proclive al cambio, y voluntad para afrontar este momento histórico.

Los autores señalan dos tipos de líderes: los voceros de sus afiliados, que satisfacen todas sus peticiones así no sea lo correcto para la sociedad y que solo obedece a sus intereses, pero les asegura el aplauso. De otro lado están los verdaderos líderes, que están dispuestos a gastar su prestigio y capital político proponiendo el cambio, muchas veces considerados herejes, pero son capaces de señalar un nuevo rumbo - así esté llenó de incertidumbre y enemigos - pero logran convencer, en este caso a sus federados. Estos últimos son los que han transformado el mundo.

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