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  • Juliana Ramírez Prado

sábado, 3 de octubre de 2015

Aunque existe un debate sobre los beneficios de tener una baraja más amplia y su representatividad, lo cierto es que mientras en la capital del César hay un candidato por cada 50.356 habitantes  en  Bogotá la estadística llega a un aspirante por cada 1,1  millones de personas. 

Angélica Guerra Barón, experta en economía, política y Gobierno, explicó que lo interesante no es el hecho de que Bogotá supera ampliamente las otras poblaciones seleccionadas, sino que es allí donde se concentra gran parte del poder político, económico, y financiero del país.  “Esto muestra que las opciones ideológicas están más organizadas y son más decantadas que lo que se puede encontrar en otras ciudades”.

En Valledupar, los nueve aspirantes, a parte de pertenecer a partidos tradicionales también representan movimientos como  el Alternativo Indígena y Social y Autoridades Indígenas de Colombia, así como Energía Vallenata y Avanzar es Posible. 

En el caso de Ibagué hay un candidato por cada 92.254 habitantes y en Montería la cifra llega a un elegible por  cada  88.252 locales. En Cali, 338.547 y Medellín, 410.720, la oferta está casi igual y en Barranquilla la opción se reduce solo a dos candidatos en un universo de 1,2 millones de pobladores. En Cartagena sus cuatro aspirantes podrían quedarse cada uno con  250.420 personas.

Carlos Arias, docente de la Maestría de la Comunicación Política de la Universidad Externado de Colombia, explicó que  entre más candidatos se genera un exceso de dispersión del proceso de elección y decisión para los electores. Es decir, los  electores se confunden, enredan, provocando un efecto contrario por la saturación de propuestas y actores políticos existentes”. 

Comparando territorios con poblaciones similares como Bucaramanga (527.985), Cúcuta (649.983), Pasto (417.484), Villavicencio (484.429), Santa Marta (483722) y Pereira (469.644), se observa que la dinámica de opciones más amplias la logran los samarios, seguidos por cucuteños, pastusos bumangueses, pereiranos  y de último los llaneros.   Miguel García, director del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, rescató que “en ciencia política existe el concepto de ‘número efectivo de partidos’ y en esta dinámica se ven muchos candidatos nominales pero es como si no existieran así estén registrados, inclusive, en muchos no representan más que su propia vanidad”.

Yopal, territorio de 120.000 habitantes, contará con  siete candidatos. Es decir que por cada postulante  hay   17.142 personas. Los expertos coinciden en que muchas de las nominaciones apuestan solo a lograr algún tipo de notoriedad y de conocimiento por parte de la ciudadanía.

Por otro lado, García indicó que el hecho de que  haya menos candidatos tiene el problema que siempre se le ha criticado a la democracia colombiana de restringir las opciones de participación. Finalmente Guerra precisó que las cifras son indicadores, pero no necesariamente revelan las realidades en la arena política y por ello es vital que el electorado en cada región se informe sobre la formación y propuestas de los aspirantes.

Miguel García
Codirector o. de la democracia U. Andes
“Hay que ver cuál es el ‘número efectivo de partidos’ pues en está dinámica se ven muchos candidatos nominales pero es como si no existieran así aparezcan registrados”.

Carlos Arias
Docente Universidad Externado
“Entre más candidatos haya se genera un exceso de dispersión del proceso de elección y la decisión de los electores se confunde,  provocando un efecto contrario por la saturación”.

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