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Analistas 27/01/2015

Precios del gas, sin resolver

Eduardo Verano de la Rosa
Gobernador del Atlántico
La República Más
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La reunión en Cartagena del pasado 26 de diciembre con los ministros de Minas y Comercio, los productores de gas natural y los sectores políticos y empresariales de la Región Caribe solo permitió avanzar en el entendimiento del problema y en la suspensión temporal de la fórmula que incrementa el precio del gas. Esta fórmula resulta a todas luces onerosa e inequitativa. El tema quedó sin resolver. 

Hay que destacar la unión de todos los estamentos del Caribe para presentar los argumentos que dieron claridad sobre el inaplicable aumento de 25% del precio del gas, en dólares, para esta región, mientras que en el interior del país disminuía 3% y en Estados Unidos y en el resto del mundo tiende a la baja. Nadie lo podía entender.

Pendiente quedó la definición de una solución definitiva a un problema que puede volverse crónico. 

La equidad intra-regional, como bandera del presidente Santos, debe regir efectivamente en el proceso de incremento de precios, ya que el gas es un insumo básico.

El Gobierno Nacional explicó la importancia de respetar y no cambiar los contratos firmados y que la indexación refleja lo que pasa en el mercado colombiano.

Los distribuidores Gases de la Guajira, Gases del Caribe y Surtigas compran a los productores de gas y después venden a las residencias e industrias. 

La fórmula que se utiliza está basada en la variación de precios fijados por los productores. El argumento principal, aún sin rebatir, es que la demanda que se contabiliza como de la Región Caribe está incrementada artificialmente por dos razones exógenas: las exportaciones a Venezuela y la utilización del gas para la producción de energía térmica que traslada su aumento al sector eléctrico. Ambos consumos se llevan las 2/3 partes de la oferta y altera los cálculos de los precios de la tercera parte restante.

Los representantes de Quintal, Monómeros y Tecnoglass argumentaron que nada justifica un incremento abrupto de 25%. Los líderes Intergremiales explicaron que las zonas industriales de la Vía 40 en Barranquilla y Mamonal en Cartagena se convertirían en ‘cementerios de industrias’. Así no podrán competir en el mercado internacional.

La Creg tiene tres meses para definir, con su grupo de expertos, todos del interior del país, el método que logre una equidad de precios de los contratos de largo plazo y refleje las tendencias internacionales.

Ecopetrol tiene un enorme poder en el mercado nacional y controla la producción del Campo Ballena. El precio del gas se calcula sobre la base de una falsa escasez, fruto, precisamente, de las exportaciones a Venezuela, del consumo de las térmicas y el gas asignado a las refinerías.

Hasta los economistas más neoliberales aceptarán que un monopolio como Ecopetrol y una sobre demanda artificial tan pronunciada como las que hemos mencionado hacen imposible que la mano invisible del mercado sea suficiente para lograr una formación racional de los precios.

Ni los contratos bilaterales ni las subastas garantizarán que se eviten abusos de posición dominante con sus consecuencias de alzas irracionales de los precios. La intervención del Estado es fundamental.

Es incomprensible que el consumo de gas del interior del país tenga precios mucho más bajos por no atender mercados externos (Venezuela) y porque sus térmicas no tienen que servir de soporte al sistema eléctrico nacional.

Los costos de transporte de gas en el interior del país son mucho más altos, pero, el método de cálculo anula la ventaja natural propia de la Costa Caribe con costos de transporte más bajos y una infraestructura depreciada. 

Finalmente, los precios del gas deben motivar a los empresarios extranjeros a invertir en exploración y producción de campos gasíferos. De esa manera, resolveríamos el tema más complejo: “Nos estamos quedando sin gas”.
 

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