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ANALISTAS

Nosotros los constructores de paz

jueves, 18 de septiembre de 2014
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Alguna vez se a preguntado ¿qué es la paz? ¿dónde la encontramos? ¿cómo se llega a ella? Es una palabra simple, muy corta, con un inmenso significado en nuestra sociedad, pero es ignorada por muchas personas, en un país como el nuestro que es huérfano de su aplicación.

Percibimos la paz como una situación externa que pone el ánimo en estado de tranquilidad y sosiego, como dicen los diccionarios, conceptos opuestos a la turbación. 

Pero si cada uno de nosotros somos conscientes de ello;  conociendo este significado ¿por qué será que no lo ponemos en práctica en nuestra vida diaria?. Para todos es común decir quiero la paz, porque lo teórico es más válido y lo más viable. No obstante, la práctica diaria de la paz es cuando el ser humano debe esforzarse para lograrla.

La paz comienza en nosotros mismos, en la forma de tratar a los más cercanos: esposos, hijos, amigos, empleados, entre otros, todas las personas con las que nos relacionamos en la vida. 

Vivimos en un país  donde la pereza, la avaricia, la venganza, entre otros, son factores que destruyen la paz.

Los diálogos en La Habana son una forma de buscar la paz, pero si nosotros no ponemos el granito de arena no se encontrara la verdadera paz, sino que esta será un simple símbolo acordado entre ciertas partes. Nos equivocamos al decir que solo el gobierno y la guerrilla llegarán a la paz, pues todo el pueblo colombiano es  el que triunfará para encontrarla.

Además de acuerdos y formas de comportamiento hay dos factores necesarios para encontrarla y hacer que esta prospere: educación y salud. 

Son factores elementales a la hora de construir paz, llegar con ambas responsabilidades estatales (entendido como Gobierno Central) a zonas donde historicamente el gobierno no llega. El objetivo debe ser generar un cambio y brindar ayuda a los colombianos mas necesitados.

“La educación es la base fundamental para cortar la violencia desde la raíz”, repetía con insistencia el empresario, periodista y político, Jorge Hernández Restrepo, pero además de decirlo se demostraba con hechos elocuentes, el Instituto Tecnológico de la Fundación Julio C. Hernández en Pintada, Antioquia, un municipio en donde la violencia ha venido disminuyendo con el paso de los años.

Cuando un joven tiene la oportunidad de formarse y acceder a un sistema de salud digno, tendrá más capacidades de salir adelante e ir por un buen camino.

No es el gobierno nacional, no es la guerrilla, somos nosotros los verdaderos constructores de la esquiva paz que todas las generaciones anhelan.

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