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sábado, 26 de noviembre de 2016

Nuevamente aparecen equipos itinerantes que ningún favor le hacen a el campeonato; a pesar de que el programa de licenciamiento de clubes está siendo implementado por la Conmebol y que exige entre otras cosas que los equipos profesionales tengan sede propia, divisiones inferiores y equipo femenino en Colombia se sigue permitiendo que por capricho de los dueños y mala administración los equipos deambulen por el territorio nacional.

Un equipo de fútbol profesional es mucho más que once jugadores y un técnico, en muchos casos como el Cúcuta Deportivo hace parte de la ciudad no solo por nombre sino por historia; dudo mucho que las habitantes de Zipaquirá tengan el mismo sentimiento que los cucuteños y supongo, también, que los ingresos por taquilla serán reducidos. 

LA Dimayor está en mora de reglamentar esta situación; los torneos de fútbol requieren determinada estabilidad en sus equipos, a nadie se le ocurre en Europa mover los equipos al capricho del dueño; el solo cambio de estadio en algunas ocasiones ha hecho movilizar a gran parte de los aficionados y de los habitantes de determinada ciudad, cambiar de sede se ve como una situación extrema que prácticamente por ningún motivo se permite. 

Equipos como el Cádiz, el Compostela o el Leeds han prácticamente desaparecido y en algunos casos renacido con los mismos colores y escudos, pero con una estructura jurídica totalmente nueva, el Glasgow Rangers es el mejor ejemplo; una malísima administración logró que la Asociación Escocesa lo descendiera hasta la cuarta categoría y sancionó de por vida a los administradores irresponsables que hicieron semejante desmán. A nadie se le ocurrió mover el equipo, nada de eso, se empezó de cero y durante cuatro años hicieron las cosas como corresponde, subiendo de categoría año a año contando siempre con el público de la ciudad que los acompañó con asistencias superiores en promedio a 50.000 personas. 

Permitir el cambio permanente de sede no responde a las necesidades del campeonato, deben ser medidas transitorias a consecuencia de situaciones impredecibles. Premiar a los malos administradores permitiéndoles moverse a su antojo no parece ser la mejor forma de mejorar un campeonato. En términos de balance competitivo, no es lo mismo jugar en Cúcuta contra el Cúcuta Deportivo que en Zipaquirá, lo mismo ha pasado con Unión Magdalena y otros equipos de bolsillo.

Contrasta lo anterior con el Nacional, equipo serio, estructurado, que día a día, gracias a una administración responsable ha logrado ubicarse dentro de los mejores del mundo, no es casualidad que en menos de un mes deberá intentar ganar el Campeonato mundial de Clubes, luego de ganar Copa Colombiana y estar ad portas de ganar la copa sudamericana. Nadie duda que parte del equipo son sus hinchas y su lugar en Medellín, el Nacional es un símbolo más que de Colombia de Antioquia y permanecerá allí aún en malísimos momentos. 

Cambiando de tema, la corte Constitucional está haciendo un estudio sobre la prohibición que tienen los trabajadores de consumir alcohol o sustancias psicoactivas en el lugar de trabajo; sin entrar a analizar el fondo del problema en el futbol se deberá analizar la situación bajo el reglamento del control al dopaje y las conclusiones deberán ser, creo yo, totalmente distintas.