Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

lunes, 21 de julio de 2014

No lo sabemos lo único cierto es que quizás la historia logre dar más adelante luces, del para que semejante acto de desproporción. Lo que vale preguntarse es ¿si el rasero que a veces usa la justicia aplica en todos los casos? O mejor ¿si para determinados casos hay un catálogo de raseros? Pues estimado lector permítame comentarle que las indulgencias y los por menores de la justicia son pan de cada día, que hoy podemos decir que efectivamente la ley es para los de ruana, y que triste decirlo pero en nuestra patria, en nuestra sociedad y administración de justicia pareciera que existe un catálogo de raseros para que la ley opere.

Veamos, Andrés Felipe no se lucró ni lucró a terceros por cuenta de actuaciones antijurídicas, desmedidas o con intenciones dañosas ocultas, ni más faltaba que quisiéramos analizar aquí la sentencia que le dio una “capitis deminutio” no solo por privarlo toda una vida o quizás dos de la libertad, sino también lo ha dejado por fuera de cualquier aspiración en la política local, desde luego el trabajo tenía que ser completo, un amplio despliegue de desprestigio para quien con un futuro asegurado lleno de juventud en la política nacional. ¿Pero qué tal si volvemos al rasero? 

Pues bien, hoy por hoy, me voy a permitir si no es atrevido hacerlo y con el perdón de aquellos que se molesten, de denunciar tan solo un ejemplo que en Colombia y en nuestro Estado de Derecho existen multiplicidad de raseros, unos clasistas y elitistas, otros desprevenidos y diáfanos, otros que son producto de la mixtura de los dos anteriores que junto con la “desmemoria” colectiva dejan sonados casos en los anaqueles de la historia y de los tribunales; así es querido lector, ¿Qué diría usted si le presento el que a mi juicio es el más obsceno y aberrante ejemplo de rasero? Pues aquí le contare de forma breve como un ministro piensa que el derecho en Colombia es un periódico para espantar moscas.

Recapitulando en el caso de Andrés Felipe y su exagerada e injusta condena, se dieron a escuchar muchas opiniones, una de ellas me llamo la atención, la del viceministro Miguel Samper quien afirmaba palabras más palabras menos: “si piden que no exista impunidad que vengan y respondan por las condenas” si palabras elocuentes y desde luego si tuviéramos una justicia totalmente imparcial pues ese sería el menester, lo que sucede es que no podemos comparar la impunidad que busca la Farc, con una condena a un ministro de Estado; pero bien si retomamos el caso del ministro que está actualmente detentando tal cargo y cree que las decisiones judiciales son para sacarles el cuerpo, ¿qué diría Miguel Samper?

Ahora bien usted en este momento quiere saber cuál es el flamante ministro que está condenado y se pasa por la faja las decisiones judiciales, pues no podrá creerlo se trata nada más y nada menos que del ministro de Hacienda y Crédito Público Mauricio Cárdenas Santamaría, quien en el año 2002 fue condenado solidariamente por el Consejo de Estado a devolverle al país $13.000 millones junto con Dragacol, o sorpresa nos llevamos al indagar en esa corporación que a la fecha ni Dragacol ni el Ministro Condenado han devuelto un solo peso al Estado, es decir presuntamente se hizo quite a una decisión judicial, ojala Cárdenas pueda explicar.

Corolario: Se pretende vender Isagen, pagar una comisión de US$300 millones por su venta al gestor que la valoro, operación que esta demandada por moralidad administrativa, coincidencia o no Cárdenas fue condenado por el caso Dragacol por Moralidad Administrativa.