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Menor interés bancario, mayor interés por reelegirse

lunes, 16 de septiembre de 2013
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Luego del descomunal desplome en la popularidad del Gobierno, tanto el Presidente de la República como su Ministro de Hacienda han venido insistiendo que en Colombia existe espacio para bajar aún más las tasas de interés. Este llamado por un mayor expansionismo monetario no fue acogido en la pasada reunión del Banco de la República, donde el emisor decidió mantener inalterada su tasa repo. Sin embargo, la caída en la confianza del consumidor en el mes de agosto y la progresiva convergencia a la baja en los pronósticos de crecimiento de los analistas para 2013 podrían llegar a precipitar una nueva reducción en las tasas de interés.
 
Los defensores de imprimir un nuevo empujonazo monetario a la economía colombiana cuentan con varios argumentos potencialmente válidos. Les asiste la razón, por ejemplo, al afirmar que el crecimiento del PIB en 2013 estará por debajo de su potencial, ahora que se han materializado sorpresas negativas por el lado de la minería. Así mismo, están en lo cierto al sostener que la inflación se encuentra completamente controlada, por lo que una expansión monetaria adicional no comprometería en el corto plazo el cumplimiento de la meta del Banco de la República. Finalmente, hay quienes se suman a esta postura con el oportunismo de ganar unos cuantos centavos de más por sus productos o, en su defecto, encarecer artificialmente las importaciones que ponen en jaque a los negocios estructuralmente no competitivos.
 
Sin embargo, también existen elementos por los cuales bajar las tasas de interés en este momento no es una buena idea. En primer lugar, la expansión monetaria conjugada meses atrás apenas empezará a surtir efecto en el segundo semestre de este año, por lo que las condiciones extraordinarias de liquidez ya están dadas. Bajo este mismo razonamiento de rezagos en la política monetaria, una caída en las tasas de interés hoy tendría un impacto casi nulo sobre la actividad productiva en  2013, pero no en 2014, en pleno periodo electoral, momento en el cual el crecimiento del PIB se encontrará nuevamente cercano a su potencial y esta mayor expansión monetaria terminará recalentando innecesariamente la economía.
 
En segundo lugar, la flotación cambiaria de Colombia permite que ante su desaceleración, el tipo de cambio actúe como un estabilizador automático, manteniendo el peso devaluado en niveles que contribuirán a hacer contrapeso. Inducir una sobrerreacción en el tipo de cambio no es sano, pues invita a los agentes al error teniendo posteriormente que reajustar sus finanzas ante la eventual reversión del estímulo cambiario. Adicionalmente, en los últimos cinco meses los indicadores de confianza del consumidor muestran una recuperación mes a mes, con excepción de agosto, mes de paros y agitación social. De la mano de la mayor confianza del consumidor vienen otras señales de recuperación económica, como una mayor disposición a comprar bienes durables y semidurables. Es prematuro entonces pensar que un solo dato marca un quiebre en la tendencia, teniendo en cuenta que otros indicadores líderes como los asociados a la construcción también sugieren un repunte de la actividad productiva. 
 
Por último, una menor tasa de interés puede ayudar a intensificar fenómenos como el del incremento en el precio de la vivienda, con potenciales efectos negativos sobre los consumidores y la estabilidad financiera. 
 
En mi opinión, tiene sentido bajar las tasas de interés en el corto plazo siempre y cuando los indicadores líderes den cuenta de una inequívoca desaceleración de la economía para comienzos de 2014. No obstante, las favorables condiciones cambiarias, el mayor gasto público y la recuperación en el consumo de los hogares parecen - de momento - sugerir que este no es el caso de Colombia, por lo que una nueva caída en los tipos de interés es precipitada, por decir lo menos. Adoptar ahora una postura monetaria más expansiva no afectará mayormente las tasas de interés de los colombianos en el corto plazo, por lo que solo servirá a los intereses de quienes quieren permanecer en el poder.

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