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sábado, 22 de agosto de 2015

En abierto contraste, y a pesar de las peticiones de su colega, el magistrado Rodríguez se abstuvo de presentar ponencia, lo que obligó al Tribunal a declarar la prescripción de la acción penal.

En Colombia muchos procesos judiciales terminan en impunidad porque los jueces o fiscales dejan vencer el plazo que la ley les otorga para ejercer su función. Ya sea por desidia o por corrupción, la prescripción de la acción penal es una situación intolerable, que debe ser erradicada y seriamente castigada. Otro caso: la investigación que se adelantaba contra los Concejales del carrusel de la contratación.

La incapacidad de la administración de justicia de llevar hasta su debida culminación  todas las investigaciones que adelanta, es apenas un factor de agravación de la situación general de ineficacia de la justicia que tiene origen en la incapacidad estructural para darle trámite efectivo a las denuncias que hacemos los colombianos. 

A pesar de que supuestamente la Constitución Política ordena a la Fiscalía General de la Nación darle curso a todas las denuncias que tengan alguna referencia fáctica sobre la posible existencia de un delito (Art. 250), la realidad indica que sólo se le da trámite a menos del 10% de los casos denunciados, los cuales son, a su vez, menos de 5% de los delitos cometidos. En el caso de hurtos de celular, por ejemplo, en lo corrido del año van más de 600.000 casos delictivos y sólo se han denunciado un poco más de 14.000.

Viendo que sólo una minúscula parte de los delitos cometidos en Colombia es objeto de investigación formal, resulta increíble que los pocos procesos que se adelantan duren más de 10 años en promedio y sólo unos pocos terminen en una condena contra el sospechoso. 

Veremos si el nuevo proyecto del Ministro de Justicia sobre el acusador privado (y el procedimiento abreviado para las contravenciones penales) ayuda a amainar un poco esta situación.

Para nuestra desgracia, algunos altos dignatarios de la rama judicial parecen más preocupados por hacer demostraciones de poder por los medios de comunicación que por concentrarse en arreglar la casa por dentro, o en usar dichos medios para asumir las responsabilidades que les corresponden por los casos de impunidad y vencimiento de términos.

No queremos más presidentes de altas cortes y otros emblemáticos funcionarios de la Rama dándose a golpes en público, ni rasgándose las vestiduras cada que alguien propone una reforma a la justicia. 

Sólo queremos que los jueces  hagan lo que les toca hacer: justicia, justicia y justicia. Justicia pronta y efectiva, que le llegue a todos los colombianos; que le llegue por igual al más pobre y al más rico, al de la ciudad y al de las zonas más apartada del país; que sirva tanto para el más horrendo homicidio o ataque con ácido, como para el hurto de una moto o un celular.