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sábado, 15 de octubre de 2016

Esta estructura se presta para infinidad de manejos poco ortodoxos, la más evidente es el lavado de activos, desde hace mucho tiempo un equipo profesional de fútbol ha sido el vehículo perfecto para realizar esta operación; las autoridades rápidamente tomaron atentan nota de esta situación y por varios medios han intentado con resultados diversos frenar esta práctica.

También los equipos de fútbol han sido objetivo de grandes fortunas o de aventureros que los manejan de acuerdo a un criterio personal sin ningún norte deportivo, algunos grandes jeques compran equipos con la meta de ser los mejores del planeta a punta de chequera, desequilibrando totalmente las competencias y aumentando de manera desproporcionada los costos, que al final se verán reflejados en los otros equipos. 

La otra cara de la moneda, más conocida en Latinoamérica y con un sabor especial en Colombia, son aquellos dirigentes que llegan a un club a esquilmarlo, a coger todo el dinero que pueda y dejar abandonada la actividad deportiva, equipos sin ciudad, ni estructura organizativa, con jugadores los que se les adeudan muchísimos salarios y no cuentan con inferiores o lugares fijos de entrenamiento. 

Para estas dos manifestaciones Uefa y ahora Conmebol están implementando el licenciamiento de clubes, que básicamente se trata de exigir una organización acorde con la actividad que desarrolla un equipo profesional de fútbol.

Se trata de un extenso manual que pone a trabajar a los clubes en una serie de actividades para poder jugar torneos locales o internacionales; se trata básicamente de: mejorar el nivel de profesionalidad en la gestión en el fútbol, fomentar la inversión en infraestructura, estadios de fútbol y campos de entrenamiento, incentivar el desarrollo y entrenamiento de jóvenes, mejorar la capacidad económica y financiera de los clubes y finalmente promover la transparencia en la propiedad y control de los clubes.

Con la implementación de este reglamento los grandes equipos, no tendrán mayores problemas, indudablemente se trata de mucho trabajo para lograr la adecuación a la norma pero tienen todo para cumplir con relativa facilidad; por el contrario aquellos equipos trashumantes, con dueños irresponsables que no cancelan sus deudas y no administran el club como una empresa sino como una tienda particular van a tener grandes dificultades en lograr la licencia.

Un club, de acuerdo con el reglamento deberá tener un espacio físico, de su propiedad, que le permita albergar toda la infraestructura administrativa propia de su actividad, deberá contar con un director o gerente general, un responsable de finanzas, un oficial de seguridad, un responsable de prensa, uno de marketing y otro de enlace con los aficionados, también un nutricionista y un psicólogo. 

Repito que se trata de volver los clubes verdaderas empresas; este es el punto de partida de agrupamientos como el G8 que pide mejor fútbol y exige mejores recursos. Al implementar este reglamento quedarán los verdaderos equipos y desaparecerán los dirigentes que votan y poco bien le hacen a este lindo juego.