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lunes, 6 de octubre de 2014

No es la primera ni la última vez que mi nombre es maltratado, por el hecho de tener tildes. Además, al tener tildes en tres de mis cuatro nombres y apellidos, con frecuencia pasa esto. Por ejemplo, en sistemas de Estados Unidos, con frecuencia las tildes me las cambian por signos de interrogación y otros elementos.

El mal uso de las tildes, “ñ” y otras acentuaciones, sin mencionar caracteres de idiomas no latinos, tienen una razón histórica. Hace varias décadas cuándo aparecieron los primeros computadores con los primeros teclados, estos permitían una combinación corta de letras, pues si creaban más, estos ocupaban espacio adicional en equipos que tenían muy pocos recursos. Con el paso del tiempo y a medida que los equipos fueron incorporando memoria adicional, esto dejó de ser una preocupación. Un sistema moderno no debería tener estas limitantes, pero como vemos, aún existen.

A este tipo de errores, yo los llamo “tonterías”, pero en el pasado, también los he llamado “oops tecnológicos”. Son errores que usualmente son sencillos de evitar, que molestan a los usuarios y que tristemente, muchas empresas cometen con frecuencia. El ejemplo de las tildes es tan solo uno de muchos errores que las empresas podemos evitar, si aplicamos mejores prácticas, buena ingeniería y hacemos pruebas antes de lanzar soluciones al mercado.

Otra de estas tonterías que a mí personalmente me parece inaceptable sucede con los sistemas de atención automática de las empresas, usualmente conocidas como IVR. En más de una ocasión me ha pasado que me he comunicado con una de estas empresas, he seleccionado una opción del menú (por ejemplo, transferir la llamada a un asesor humano) y unos cuantos segundos después la llamada se cuelga automáticamente. Así que tocó volver a empezar y volver a llamar, sin la garantía de que la llamada no se vuelva a caer.

Entre las tonterías más grandes, está el solicitar ser eliminado de una lista de correo electrónico y que sigan llegando mensajes. Por ejemplo, esto me acaba de suceder con las empresas Locatel y Linio.com.co, a la cual les he solicitado varias veces la eliminación de sus listas y siguen llegando mensajes. En estos casos, tuve que enviar una solicitud amparada en la ley de habeas data para ser eliminado de sus bases de datos; espero que esto funcione.

Una tontería que me sigue asombrando, es que las empresas crean que la tecnología por sí sola puede arreglar cualquier problema. La tecnología puede tener el potencial de solucionar muchas cosas, pero es necesario entender cómo lo hará y se ajustará a las necesidades de las empresas, sus clientes y más. En este sentido, para muchas empresas y muchos gerentes, la tecnología es un CD de instalación y ya. De hecho, el CD es lo de menos.

La anterior tontería es la razón por la que muchas empresas fracasan en el tema tecnológico, o esta pasa desapercibida. Las firmas deben aprender a pensar en estrategias de tecnología, que es un concepto más amplio y complejo. 

Uno de los efectos de la tecnología estratégica, es que bien aplicada, elimina muchas de las tonterías que hoy suceden. Esto es así, pues una estrategia analiza muchos escenarios y obliga a realizar buenas prácticas, como lo es las pruebas. Aunque no puedo afirmar que LifeMiles no tenga estrategia de tecnología, pues seguramente la tiene, si hubieran realizado pruebas estrictas en la plataforma de mailing, mi nombre seguiría siendo Andrés Gómez en lugar de AndrúS G¾Mez.