viernes, 18 de julio de 2014

Atletas de todas partes del mundo están empezando a utilizar un compuesto para evitar deshidratarse en las competencias, especialmente en clima cálido, pero las pastillas de sales podrían no ser muy beneficiosas para el cuerpo.

Los electrolitos, el sodio, cloro y potasio regulan funciones importantes del cuerpo. Se encuentran diluidos en las células de la sangre y son regulados por los riñones, pero consumir dichas pastillas puede causar un desbalance en el organismo. 

Así, es probable que se sude en forma excesiva y terminar perdiendo más sodio y cloro, lo que de todas maneras llevará a la deshidratación, además puede acarrear efectos secundarios como el vómito, los cólicos y la diarrea.

En ocasiones se consumen las pastillas de sal con el fin de reemplazar el sodio que se pierde por el sudor, pero algunos toman más de lo que necesitan y el exceso del componente provoca una reducción de agua en el interior de las células, lo que ocasiona una deshidratación y reducción en el rendimiento deportivo, además de una irritación de la pared del estómago.

Y aunque el consumo de estas pastillas en algunos casos puede ser importante, lo mejor es ser prudente a la hora de tomarlas. No es necesario consumirlas en todos los entrenamientos ni competencias aunque el clima esté demasiado caliente. Algunos corredores (especialmente recreativos) caen en este error buscando compensar malos hábitos de hidratación y dieta. Entonces, ante un bajo rendimiento, la primera reacción es culpar al entrenamiento.

En pocas palabras, aunque las pastillas de sales puedan ser necesarias, se deben consumir sin exceder la dosis, pero no reemplazarán las bondades de una hidratación “natural”, que vaya a la par con el proceso de entrenamiento. Así evitaremos calambres y el desespero por falta de líquido durante el recorrido. Con seguridad nuestro cuerpo funcionará mejor y así podremos cumplir más fácilmente nuestro objetivo.