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ANALISTAS

La verdad del margen del Fondo Nacional del Café

lunes, 13 de abril de 2015
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Durante el debate sobre la institucionalidad cafetera que se ha producido en las últimas semanas, se han generado una serie de inquietudes acerca de los objetivos que persigue el Fondo Nacional del Café mediante su actividad comercial. Por tal razón, con el ánimo de contribuir a esta discusión con argumentos sólidos y evitar la desinformación que se pretende crear entre la opinión pública, quisiera continuar exponiendo el punto de vista de la Federación sobre determinados aspectos inherentes a este tema, así como aclarar algunos asuntos relacionados, tal como lo hice la semana pasada.

Para entrar de una vez en la materia que nos ocupa, los resultados generados por la comercialización se reinvierten en el Fondo Nacional del Café con destino a la provisión de los bienes públicos cafeteros. Es precisamente debido a lo anterior y a lacapacidad del gremio para la  gestión de recursos de otras fuentes, la razón por la cual estamos en posibilidad de financiar bienes públicos a razón de US$9 centavos por libra exportada, 1,5 veces los recursos recaudados por concepto de contribución cafetera (US$6 centavos por libraexportada).

Así las cosas, en cumplimiento de su obligación de administración del Fondo del Café, la Federación debe garantizar la sostenibilidad financiera del mismo, lo que conlleva a aplicar buenas prácticas de gobierno corporativo. No remunerar los activos utilizados en la actividad comercial del Fondo, como sugieren algunos, significaría destruir valor lo que contradice los principios más elementales de la administración de empresas. Como lo expresa el afamado profesor, Peter Drucker, “mientras un negocio tenga un rendimiento inferior al costo de capital (remuneración de activos) operará con pérdidas (…). Mientras esto suceda no crea riqueza, la destruye”. En cumplimiento de este axioma por el que se rigen todas las sociedades productivas, la Federación descuenta todos los costos asociados a la transformación del café pergamino seco en café verde excelso para la exportación.

Ni el denominado “Libro Verde” que contiene las recomendaciones de la Comisión de Ajuste de laInstitucionalidad Cafetera de 2002, ni el reciente Congreso Nacional Cafetero, han ordenado a la Federación en ningún momento ni bajo cualquier circunstancia que aplique como política la destrucción de valor de los activos del Fondo. Actuar bajo ese principio cuando se administran recursos públicos sujetos a control fiscal por parte de la Contraloría General de la República, daría lugar a detrimento patrimonial y significaría, para hablar en plata blanca, el fin del mayor instrumento para la implementación de la política cafetera con que cuenta el país. Nada más ni nada menos. En cambio, los mandatos que sí ha recibido la Federación, los cuales emanaron del pasado Congreso Cafetero, son la optimización de su estructura comercial y la maximización de latransferencia del precio internacional al productor.

Ahora bien, asumiendo en gracia de discusión el caso hipotético de que a la Federación se le hubiera dado el mandato de cumplir con su función de comercialización sin procurar la remuneración de los activos del Fondo, se generaría una enorme distorsión en los precios del mercado que ningún actor privado sería capaz de enfrentar. Esta situación a todas luces no es deseable.

Por otra parte, en algunas columnas de opinión escritas se ha planteado que la Federación, en aras de  conseguir mayores beneficios para el Fondo y para los demás exportadores, aumentó de manera discrecional a 21,3% el margen bruto en 2014. Dicha afirmación, aparte de ser falsa y temeraria por cuanto el margen bruto de la actividad comercial del Fondo fue de 9,5% en ese año, proviene de un análisis que desconoce de manera palmaria la realidad cafetera. En efecto, evaluar la rentabilidad de una actividad a partir del margen bruto resulta tan erróneo como suponer que un agente exportador no incurre en gastos asociados a la comercialización del café tales como fletes, seguros, servicios financieros y coberturas para la gestión del riesgo, entre otros. Para ese propósito resulta más adecuado utilizar el margen neto que para el caso del Fondo fue de 0,0% en 2014 y de 4.5% en 2013.

Pero lo más relevante de este indicador es que puede utilizarse como criterio de comparación con otros operadores del mercado a nivel nacional e internacional. Así, mientras en 2014 para el caso del Fondo este indicador fue 0,0%, para Expocafé, agente exportador de las Cooperativas de Caficultores, se ubicó en 1,8%. A nivel internacional, de acuerdo con información publicada en Bloomberg, el comercio de café reporta márgenes netos promedio del 9%.

Si en el mercado nacional fuera posible registrar márgenes de la magnitud planteada los nuevos analistas, el número de exportadores habría incrementado significativamente tras el lucro asociado a las posibilidades de arbitraje. No en vano la mayoría de los actores del renglón exportador en diversos escenarios han planteado la dificultad inherente al mercado interno del café en Colombia de generar rentabilidades mayores, asociada a la presencia de la estructura de comercialización del Fondo Nacional del Café en las regiones cafeteras. Es precisamente debido al papel crucial que juega el Fondo en la comercialización, por lo que se maximiza la transferencia de precio internacional al productor y de esta manera se evita que ocurran situaciones como la descrita anteriormente.

Finalmente, pedir que en el mercado interno se fije de manera permanente y anticipada la rentabilidad de la comercialización de café es desconocer que existe un mercado internacional cuyas variables escapan al control de los actores que participan en él; que los momentos de compra y venta del grano son completamente distintos; que existe además un proceso de agregación de valor involucrado; que el café pierde en promedio el 1% del peso por la humedad y que existen riesgos asociados al almacenamiento y al transporte, entre otros aspectos. De igual manera, afirmar que en la última década el porcentaje de transferencia del precio externo al productor haya sido el resultado de componendas que dieron lugar a políticas por parte del Comité Nacional de Cafeteros, es un acto irreflexivo  e irresponsable, que espero haya sido producto de una confusión y no de una confesión individual de actos non sanctos que van en contravía de las más elementales normas de competencia.

Y solo eso explicaría la campaña difamatoria de Guillermo Trujillo quien habiendo habitado tantos años nuestra casa, jamás hizo un aporte de valor en los escenarios a los que sus deferentes labores le daba acceso, menos un cargo o una crítica como la que recientemente ha hecho, lo que contrasta con su nobel afición por las cifras y su amañado análisis, que develan una clara ventriloquia de quien aupado en esa pluma de único tema arremete contra la familia cafetera sin mayor eco, pero con clara amargura, motivando paros por confusas razones y con total deslealtad para con su propio pasado laboral. No olvidemos que, como dijera un dramaturgo francés, "el envidioso jamás perdona el mérito".

Espero que con las anteriores explicaciones se hayan aclarado algunos asuntos que deliberadamente se han querido distorsionar.

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