miércoles, 26 de noviembre de 2014
“Kaa, eres tú, suéltame”, le dice Mowgli a la serpiente, la cual le responde, “confía en mí, yo podría ayudarte para que no abandones la selva”, y luego con su mirada en espiral hipnotiza al niño salvaje. Esta es una de las escenas de El Libro de la selva en la que aparece la pitón Kaa, uno de los personajes más recordados de esta historia creada por Disney Enterprise.
La compañía de entretenimiento solicitó ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) -el 24 de abril de 2012- el registro de la marca de la serpiente, Kaa para distinguir una lista de productos, casi igual de larga que la serpiente, entre los cuales están el cuidado personal, discos de audio y de video, despertadores, relojes, toallas, cobijas, entre otros.
En primera instancia la Dirección de Signos Distintivos le negó el registro por la existencia de la marca Ka Kosta Azul, la cual es una compañía que nació en 1964 dedicada a la comercialización de ropa, billeteras, carteras, bolsos, maletas, vestuario y calzado entre otros. Sin embargo, en segunda instancia, el superintendente delegado para la propiedad industrial, José Luis Londoño revocó esa decisión y concedió el registro de la marca Kaa a Disney.
“Considero acertada la decisión del Delegado, en particular teniendo en cuenta factores como la asociación conceptual que hace el consumidor en relación con la marca base de la oposición KA, la cual es asociada al signo reconocido como Kosta Azul, de tal suerte, que se puede afirmar que existen elementos adicionales que permiten diferenciar esta marca del signo para el cual se solicita el registro KAA”, según dijo la abogada especialista en propiedad industrial, Carmen Julia Monroy, de Wolf&Méndez.
Un llanto de un niño suena entre los árboles de la selva de la India, los cuales llaman la atención de una pantera negra que encuentra la razón de ese sonido. Un bebé en una canoa abandonada. Así es como comienza la película de animación El Libro de la Selva estrenada en 1967 y basada en el libro con el mismo nombre, autoría de Rudyard Kipling.
Una vez Disney solicitó el registro de la marca, Olga Lucía, Beatriz, Liliana, Patricia y Juan Guillermo, todos de la familia Pulgarín Manzano, se opusieron argumentando supuesta similitud y confundibilidad con su marca ya registrada Ka Kosta Azul.
La entidad, en primera instancia dijo, “al observar los signos cotejados, se evidencia que el signo solicitado Kaa utiliza una misma secuencia constructiva en relación con la marca opositora al reproducir la sigla KA”.
Sobre la relación entre los productos que distinguen, determinó la Dirección que se relacionan dado que el consumidor podría pensar que los comercializa la misma tienda, además de que se comercializarían por los mismos canales.
Ante la negación, Disney apeló que el signo solicitado tiene los suficientes elementos para diferenciarlo del ya registrado como la distintividad suficiente.
Ante lo cual el superintendente respondió que son acertados los argumentos de la apelación, presentando así la decisión antes mencionada.
Según Monroy al respecto de la decisión de segunda instancia, “otro factor que es relevante destacar, es el relacionado con la coexistencia que se aduce en relación con los signos objeto de estudio, siendo así las cosas considero que la consecuencia jurídica, es que la negación en relación con el signo haya sido revocada”.
“Estoy de acuerdo con la decisión de segunda instancia puesto que ambos, en su conjunto, tienen elementos que los hacen diferenciables entre sí. La SIC no puede negar el registro de una marca solamente porque la solicitante reproduce una fracción de la ya registrada, en este caso los dos fonemas KA. El solicitado tiene tres fonemas y el ya registrado tiene otros elementos adicionales, Kosta Azul. Los elementos que componen las marcas no están vinculados”, explicó el profesor de propiedad industrial de la Universidad de la Sabana, Juan Carlos Martínez.
Antecedentes
Un vaquero de juguete llamado Woody y un aventurero espacial, Buzz Ligthyear, son los protagonistas de tres películas de Toy Story. Dos años después de su estreno, obtuvieron ante la SIC el registro de su marca sin imaginar que generaría problemas a la marca Toy Two of You para esmaltes. La película estuvo a punto de ser la causa de la negativa del registro del signo Toy Two of You solicitado por la empresa colombiana Two of You. Luego de una negativa y de apelación de la decisión, la SIC decidió que el signo sí es registrable.
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