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sábado, 1 de agosto de 2015

Independientemente de estos oscuros y  desagradables manejos, en menos de seis meses el fútbol tendrá una nueva cabeza visible que esperamos se ocupe de mejorar este gran deporte y no de favorecer a sus cómplices, ahora bien, quien tome las riendas de semejante empresa modificará la situación actual.

Personalmente veo a la Conmebol como la más débil en todo este entramado; no hay liderazgo y por su tamaño de apenas diez asociaciones nacionales representa muy poco en el juego político, diez votos no tienen fuerza frente a confederaciones como la europea o la africana con más de 40 cada una. Quien lograba, a base de manejos poco claros y autoritarismo extremo manejar algo de poder para Sudamérica, el señor Julio Grondona, murió y ni siquiera en argentina han logrado nombrar un sucesor.

Jurídicamente, el fútbol tiene toda su estructura adecuada a Europa, los reglamentos son redactados por europeos para europeos lo que hace difícil la implementación en este subcontinente. 

Sin ir más lejos, los campeonatos en Sudamérica son en su mayoría semestrales, con inscripciones mucho más seguidas que en Europa donde se manejan torneos largos de un año. Esto ha sido un quebradero de cabeza para los clubes quienes por su debilidad económica y organizativa ven emigrar rápidamente a sus jugadores.

Las decisiones del tribunal arbitral del deporte son en su mayoría tomadas por árbitros europeos quienes entienden poco de la realidad suramericana y a quienes, por ejemplo, les parece que no pagar seguridad social a un jugador es una falta menor, mas aberrante aún es la imposibilidad, salvo acuerdo entre las partes, de utilizar el español como idioma del proceso y manejar lugares de audiencia en Sudamérica. 

Se ha llegado al absurdo que un tribunal arbitral entre un jugador colombiano y un club colombiano se maneje en inglés, se deba enviar todas las comunicaciones por Fax a Suiza y se deba realizar una audiencia en la ciudad de Lausana, con los costos económicos y personales que representa esto para las partes.

Tampoco ha entendido Fifa y Uefa, la necesidad de utilizar los derechos económicos de los jugadores de manera tal que sin menoscabar los derechos fundamentales de los jugadores se puedan manejar como una fuente de ingresos para los clubes; esta figura, manejada adecuadamente le permite a los clubes sobrevivir períodos de carencia económica. En Sudamérica es una realidad que no ha sido defendida por sus dirigentes, que a pesar de la prohibición se sigue manejando y que en el evento real de terminar con estos la situación económica de muchos clubes será todavía más precaria.

La situación de Conmebol es precaria, su antiguo presidente está siendo pedido en extradición por el gobierno de Estados Unidos y parece que ninguno de sus actuales dirigentes está dispuesto a asumir un rol activo en el entramado actual; en la final de la reciente coma América la entrega de premios fue encabezada, curiosamente por un miembro europeo de Fifa, gran apoyo del señor Blatter y un representante de Uefa, parecía que los sudamericanos preferían manejar bajo perfil y dejar que otros manejen el futuro.