Cerrejón, empresa de minería y transporte integrado de La Guajira, que cuenta con una mina a cielo abierto que produce cerca de 32 millones de toneladas de carbón al año, invierte cerca de 4% de sus utilidades en proyectos de RSE, es decir US$13,3 millones anuales.
Actualmente se encuentra desarrollando programas sociales con comunidades indígenas a través de fundaciones creadas por la misma organización. Estas entidades, que cumplen distintos objetivos en temas ambientales y productivos, son: Fundación Cerrejón para el progreso de La Guajira, Fundación Cerrejón Guajira Indígena y Fundación Cerrejón para el agua.
Marisela Mejía, analista de gestión social de la compañía, explicó que la estrategia que tiene la empresa consiste en escuchar las necesidades de las diferentes comunidades con las que trabajan y evaluarlas, para, de esta forma, suplirlas de la mejor manera. “Hemos creado vínculos con estas personas, lo que nos ha permitido no solo conocerlas, sino darles herramientas para que exploten positivamente sus capacidades. Así hacemos de La Guajira un departamento más sostenible”.
Trabajo de la mano con la gente
Entre los programas que desarrolla esta compañía de minería se encuentra la formación en proyectos productivos en la Granja FCGI, creada hace siete años, con cerca de 172 comunidades indígenas, ubicadas entre La Mina y Puerto Bolívar. La firma otorga capacitaciones para que sean las mismas personas quienes desarrollen diversidad de productos y mediante ellos no solo puedan alimentarse, sino generar algún tipo de ingresos para sus familias.
Otro de los programas comenzó con la instalación de un sistema híbrido de bombeo de agua a través de energía solar y energía eólica en la comunidad Santa Ana, donde habitan 120 personas. Desde diciembre de 2012 la población tiene acceso al agua, incluyendo, casi 60 estudiantes de una escuela del mismo corregimiento. Antes, las personas debían ir a comunidades vecinas para recoger el recurso, lo que les implicaba perder tiempo y en ocasiones, no encontrar el líquido suficiente.
La formación de 16 mujeres provenientes de cuatro comunidades indígenas en temas artesanales también hace parte de los programas de RSE de la minera. Además de las clases empresariales y de negocios que reciben, Cerrejón les da la oportunidad de que sus productos sean vendidos en el Hotel Waya, un complejo turístico del que es socio. También hay capacitaciones para la comunidad oreganal, otro de los grupos de interés de la organización en La Guajira. A este grupo se le otorgó la administración de la finca El Sequión, ubicada en la Alta Guajira. Desarrollan tres procesos principales: cultivos de palma de aceite, cría de cabras y desarrollo agropecuario. De este programa se benefician cerca de 45 familias.
Ramasio Tiller, analista de programas de la Fundación Cerrejón Guajira Indígena, manifestó que lo que se busca con el ejercicio de los programas sociales de la empresa, además de generar un impacto positivo en las diferentes comunidades, es lograr una mezcla entre el conocimiento tradicional propio de estos grupos y la tecnicidad con la que se deben desarrollar las labores.
“Buscamos que haya aprendizaje compartido. Nosotros como organización lideramos los programas, y ellos como comunidad, además de recibir información, también nos otorgan una guía sobre cómo hacer un buen uso de los elementos con los que contamos”.
El analista resaltó que cada uno de los procesos que son ejercidos por la empresa cuentan con un estudio previo, en el que se analiza qué tan benéfico puede resultar y si es realmente útil. “Los grupos son diferentes entre sí, tienen necesidades que varían, por eso hay que atenderlos de forma específica”.
Los proyectos de RSE que desarrolla la compañía minera están en constante seguimiento. La empresa cuenta con un grupo especializado de trabajo social que supervisa las diferentes labores que desarrollan las comunidades indígenas. Además de eso, son orientadores en la resolución de conflictos.
“Cerrejón nos ha cambiado positivamente la vida. No solo nos da herramientas para que produzcamos diversidad de elementos, sino que nos hace ver la importancia que tiene hacerlo y el beneficio que eso trae para nuestras comunidades. Nos sentimos escuchados y respetados. Hay diálogo, nosotros siempre participamos”, comentó Cecilia Barros, líder indígena del grupo Yutaho.
Granja de proyectos productivos
Desde hace siete años, la Fundación Cerrejón Guajira Indígena se encarga de la formación en proyectos productivos de personas provenientes de 172 comunidades indígenas, ubicadas entre La Mina y Puerto Bolívar. Los programas se desarrollan en la Granja FCGI, ubicada a 10 minutos del municipio de Uribia, conocido como la capital indígena de la Alta Guajira. La inversión anual de esta entidad supera los US$900.000.
María Esther Uriana, vocera de la comunidad indígena Kanaán, uno de los grupos con los que trabaja Cerrejón, manifestó que la compañía minera los ha capacitado en temas de cultivos de frijol, apicultura, plantas aromáticas y en acciones pecuarias. “Lo que aprendemos nos ayuda a suplir nuestras necesidades, al mismo tiempo que fortalece nuestro conocimiento”.
Sistema de bombeo de agua
La Fundación Cerrejón para el agua instaló en la comunidad Santa Ana, en alianza con la Corporación Autónoma Regional de la Guajira (Corpoguajira), un sistema híbrido de bombeo de agua a través de energía solar y energía eólica. Fue creado en diciembre de 2012 y contó con una inversión cercana a los US$15.000. “Este sistema nos cayó del cielo. Desde que llegó nuestra comunidad, que tiene cerca de 120 personas, cuenta con agua. Antes nos tocaba ir a grupos vecinos a traerla, gastábamos mucho tiempo”, dijo Pedro Velásquez, líder de la comunidad Santa Ana.
José Sierra, coordinador de aguas subterráneas de la Fundación explicó que además del abastecimiento de agua, hay capacitaciones, para este grupo, en temas de salud e higiene.
Asociación artesanal de mujeres
La Asociación Artesanal Arejuajirawa está constituida legalmente desde 2007. La conforman 16 mujeres provenientes de cuatro comunidades indígenas de La Guajira, que se encargan de la elaboración de productos típicos wayúu como mochilas, “chinchorros”, manillas y prendas de vestir. Cerrejón ha intervenido en esta comunidad de dos formas: la primera, con el otorgamiento de capacitaciones empresariales con el objetivo de que las mujeres adquieran herramientas para el desarrollo positivo de sus negocios; la segunda, les ha permitido que sean proveedoras del Hotel Waya, un lugar del que es socia la organización minera. “Del 100% de nuestros ingresos, 70% corresponde a lo que vendemos al hotel. Es un cliente fijo que hace grandes pedidos”, comentó Paula Uriana, gerente de la Asociación.
Administración de la finca El Sequión
La comunidad indígena Oreganal es otra de las beneficiadas de Cerrejón. Este grupo, que tiene alrededor de 45 familias indígenas, es el encargado de la administración de la finca El Sequión, que tiene cerca de 160 hectáreas de terreno. En ella se desarrollan tres actividades principales: cultivos de palma de aceite, cría de cabras y actividades de ganadería. Cerrejón, en alianza con entidades como Corpoguajira (Corporación Autónoma Regional de la Guajira) y el Ministerio de Agricultura, ha otorgado capacitaciones a esta comunidad para que ejerza acciones ambientales y productivas responsables. Mauro Contreras, gerente de la cooperativa Coopmao, creada por la comunidad para la administración de lugar, explicó que con este proyecto los participantes se sienten útiles para la sociedad.
Hotel Waya emplea a 80 personas de Albania
Con una inversión de más de US$17.000 millones, Cerrejón es uno de los socios, junto a otras entidades privadas, del Hotel Waya. Este complejo, que está ubicado en La Guajira, en el kilómetro uno, vía Cuestecitas, cuenta con 25 hectáreas y un total de 140 habitaciones.
Eduardo Robayo, director de la Fundación Cerrejón para el progreso de La Guajira, explicó que una de las estrategias de RSE de la organización es participar en proyectos en los que puedan beneficiar a las diferentes comunidades. “Con el Hotel le damos trabajo a cerca de 28 proveedores de diferentes área, a quienes también capacitamos en temas empresariales. Además, nuestros 80 trabajadores son de Albania”.
Las opiniones
Marisela Mejía
Analista de gestión social Cerrejón
“Nuestra estrategia es escuchar las necesidades de las comunidades y evaluarlas. Así podemos darles herramientas útiles para su desarrollo”.
María Esther Uriana
Vocera comunidad Kanaán
“Además de que Cerrejón nos capacita en temas productivos y empresariales, nos da la oportunidad de multiplicar nuestros conocimientos”.
