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Analistas 05/04/2014

La llave de la educación temprana y la economía

Mario Hernández
Presidente de Mario Hernández
Analista LR
La República Más
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Hace solo unos días se dieron a conocer los resultados de las pruebas Pisa 2013, (Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes) que compara el nivel de educación de cerca de medio  millón de jóvenes de 15 años de unos 65 países, divulgado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo económico (OCDE), a la que nuestro país está en proceso para ingresar. Las áreas de calificación son matemáticas, lengua y ciencias.

Los resultados de estas pruebas  no extrañan a casi nadie. Los países asiáticos ocupan los primeros lugares: Shanghai (613 puntos), Singapur (573), Hong Kong (561), Taipei (560) y Corea del Sur (554). Entre los últimos clasificados están los latinoamericanos: Chile (51), México (53), Uruguay (55), Argentina (59), Colombia (62) y Perú en el último puesto, 65.

De acuerdo con la OCDE, el examen ayuda a los países a medir “lo que saben los estudiantes y lo que pueden hacer con sus conocimientos”.

Lo más fácil es cuestionar y criticar nuestro sistema educativo, pero hay que ser claros y muy serios en la necesaria autocrítica al sistema educativo, porque el problema de la educación en Colombia no se soluciona de un año para otro o pidiendo que los candidatos a la presidencia lo metan como tema de campaña. Eso es pecar de superficialidad.

Como pocos asuntos, la educación requiere tener una visión de largo plazo, como la planteada por el expresidente chileno Lagoso que hace unos años expuso que su país alcanzaría un nivel alto de progreso y bienestar en dos o tres décadas e incluso podría aspirar a ser parte del “Club de los países ricos” si dedicaba buena parte de sus esfuerzos a garantizar que los niños nacidos en los siguientes cuatro años contaran con todas las garantías para que en esos primeros años de vida tuvieran el cubrimiento integral de sus necesidades.

Muy lejos de llegar a algo importante con los planteamientos generales que hacen nuestros tecnócratas en los salones acomodados de la gran ciudad y no tienen la menor idea de cómo funciona la educación en la mayor parte del país y menos en las zonas rurales. Un día, en un foro de esos pensé si alguien de quienes “pontificaban” sobre educación habrían tenido la ocasión de conocer a un profesor de escuela de nuestro país. Casi podría apostar a que no.

Desde hace mucho tiempo, el asunto es objeto de debate y como muchos otros no pasa nada, como en salud, justicia y seguridad. 

Creo que sin mejorar la educación, no mejora la economía del país, pues no seremos competitivos ni logramos insertarnos en el mundo global. Así de sencillo.

Nadie tiene la formula mágica, comenzando porque el tema va más allá de la coyuntura electoral. Nuestros gobernantes y políticos no deben esperar un aplauso por lo que digan, pues lo importante es hacer y eso no reporta beneficios de corto plazo, pero sí un gran servicio al futuro de nuestro país.

¿Porqué no comenzamos por donde debe hacerse y seguimos la línea que hace unos años planteó el expresidente Ricardo Lagos? Por la educación inicial-preescolar. Lo demás es importante, pero viene después.

Y el sector empresarial no puede ser indiferente al tema, pues si tenemos mejores profesionales, ganamos todos como país y como sociedad.

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